Primavera económica
Al igual que hace en esta época de primavera la madre naturaleza, los organismos internacionales y los analistas de la coyuntura florecen tras el duro y trabajoso invierno, y ofrecen sus análisis y previsiones económicas. También como en la naturaleza, el color predominante en las previsiones de este año es el verde, el color de la esperanza, que en los momentos actuales por los que atraviesa la coyuntura mundial es el más agradecido a nuestros sentidos.
En general, las previsiones son ahora mejores que las publicadas en el otoño último pocas semanas después de los trágicos sucesos del 11-S, aunque las mejoras varían mucho por países o grandes áreas económicas mundiales. A la cabeza de ellas se sitúa EE UU. De tasas del orden del 0,7% para el crecimiento del PIB en 2002 se ha pasado ahora al entorno del 2,5%, lo que constituye una de las revisiones más importantes realizadas en tan poco espacio temporal. Esto supone que la recuperación, ya iniciada en ese país, se va a consolidar en lo que resta del año, cosa que yo no veo tan clara. En todo caso, después de los grandes errores de previsión cometidos en el último año, la credibilidad o probabilidad de estas nuevas cifras no es muy alta. También mejoran los augurios de crecimiento para Europa, pero aquí de forma casi imperceptible, apenas una o dos décimas porcentuales. Para Japón se mantiene, con curiosa coincidencia, la misma tasa negativa del orden del -1%, aunque pocos saben lo que está pasando o puede pasar en aquel lejano país. En otras áreas, destaca la revisión al alza de las perspectivas para los nuevos países industrializados de Asia y a la baja para América Latina. Las previsiones para 2003 son notablemente mejores que las de 2002 de forma generalizada.
Mejoran las perspectivas de crecimiento del PIB, en línea con lo comentado para Europa
Por lo que respecta a España, en los gráficos adjuntos se ofrecen las cifras de las magnitudes más importantes publicadas por el FMI, la OCDE, la Comisión Europea y el Panel de analistas privados de FUNCAS. También mejoran ligeramente las perspectivas de crecimiento del PIB, en línea con lo comentado para Europa, situándose la tasa ligeramente por encima del 2% en 2002 y en un abanico del 2,8 al 3,3% para 2003. Para la inflación, y descartando la cifra fuera de lugar del FMI, se contemplan cifras medias anuales de entre el 2,8 y el 3% para 2002 y en torno al 2,5% para 2003, lo que hoy día parece un poco optimista a la vista de las tendencias recientes del IPC y la cotización alcanzada por el petróleo. La tasa de paro se estabiliza en 2002 al nivel de 2001 (13% sin incluir los cambios metodológicos que introducirá el INE a partir de la EPA del primer trimestre de este año y 10,5% al incluir dichos cambios, como ya hace la OCDE) y desciende con más o menos intensidad en 2003.
Aunque las cifras para 2002 sean algo peores que las previstas por el Gobierno, no pueden considerarse especialmente malas, teniendo en cuenta que, en general, son más favorables que las del resto de Europa. El objetivo que debe guiar la actuación de los agentes económicos, con el Gobierno a la cabeza, es mantener en los años próximos el diferencial de crecimiento con la UE que se ha producido en los últimos, lo que requiere mejor disposición a aceptar cambios y reformas de nuestras instituciones y estructuras.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (FUNCAS).
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