El grupo Campofrío apuesta por Europa
Tras México y Filipinas, la cárnica abandonará Argentina y la República Dominicana
Consolidar su liderazgo en España y lograr también una posición dominante en el mercado europeo constituyen los objetivos de Campofrío para los próximos cinco años. Atrás quedan los esfuerzos para implantarse en otras áreas geográficas.
El grupo Campofrío tiene previsto realizar una ampliación de 100 millones de euros para desarrollar sus nuevos planes de reorganización o de nuevas adquisiciones. No descarta acudir a nuevos créditos una vez se haya digerido completamente la operación de compra de Navidul y Oscar Mayer
Digerida la adquisición de Oscar Mayer y Navidul, el grupo hará nuevas compras en España, en la UE y en los países del Este
En la década de los ochenta y los noventa, Campofrío desarrolló una política de expansión en el exterior. El grupo cárnico burgalés fue el primero en apostar por los países del Este con su implantación y posteriores ampliaciones de negocio en Rusia con la sociedad Campomos, a la que siguió el control de la sociedad polaca Morliny y la rumana Tabco. Fuera de Europa, las inversiones se centraron en Filipinas, con el grupo San Miguel como socio, así como con empresas propias o participadas en México, República Dominicana y Argentina.
Esta expansión del grupo se halla, sin embargo, en proceso de cambio en el marco de una nueva estrategia del grupo. Campofrío liquidó su participación en Filipinas el pasado año. En 1996 cerró la sociedad en México y, desde hace varios meses, el grupo busca una salida para sus participaciones del 49,9% en la sociedad Agrocarne, en República Dominicana, así como su 40% en la empresa Campo Austral, en Argentina, aunque su salida no será inmediata
Para Pedro Ballvé, presidente del grupo, no se trata en ningún caso de un abandono ni de una retirada, sino simplemente de un cambio de estrategia a la vista de cómo se está moviendo el mercado y de los avances registrados en materia de sanidad animal. Además, la imagen de las industrias españolas ha mejorado. La presencia del grupo en Filipinas se explicaba por la necesidad de tener una industria cercana y con posibilidades de acceso al mercado japonés. El desembarco en México y República Dominicana tenía como principal objetivo la entrada en el mercado norteamericano. En ambos casos, según el presidente de Campofrío, hoy la presencia en esos puntos ha perdido interés en cuanto se han abierto barreras sanitarias y es perfectamente posible entrar en esos mercados desde España. En el caso de Argentina, la salida respondería a las escasas posibilidades de crecimiento en el país, aunque la decisión ya se había adoptado antes de la crisis.
La estrategia a corto plazo de la empresa cárnica exige reforzar su anterior política de crecimiento, que ha supuesto para el grupo el liderazgo en siete de los nuevos productos cárnicos en España. Pero a medio plazo tampoco descarta nuevas compras, tanto en España como en el resto de la UE y los países del Este. Campofrío sigue con sus inversiones en Rusia una vez superada la crisis de los últimos años. Ante la próxima ampliación de la UE en 2004 a los países del Este, Pedro Ballvé entiende que el grupo ya se encuentra en una buena posición con su presencia en Rumania y Polonia. El grupo se halla presente también en Portugal y Francia.
Campofrío, con una facturación de 1.500 millones de euros, es el primer grupo cárnico de capital comunitario en Europa, por detrás de los norteamericanos de Sara Lee.
Freno a Sara Lee
La gran ofensiva de expansión del grupo cárnico burgalés se inició hace dos años con la compra de la empresa Oscar Mayer, por 84,14 millones de euros. Cuando todavía no se había cerrado la operación, Campofrío protagonizó meses después la compra de Navidul, segunda empresa del sector, valorando la misma en 48.000 millones de pesetas, de los que 14.600 fueron pagados en metálico y el resto con el 16% de acciones del nuevo grupo.
Estas acciones supusieron para el grupo un fuerte endeudamiento que ha supuesto un aumento de los gastos financieros en 27 millones de euros. Pero, frente a algunas voces que calificaban la acción de Campofrío como arriesgada y de una huida hacia adelante, Pedro Ballvé estima que la operación no solamente no fue cara, sino que era absolutamente imprescindible para asegurar en sus manos el propio futuro del grupo.
Pasados dos años de la operación, Pedro Ballvé revela que el grupo multinacional norteamericano Sara Lee, presente en España con Argal y líder en el resto de la UE, se había planteado la compra de Navidul y de Oscar Mayer. España era su asignatura pendiente. El presidente de Campofrío entiende que esas compras de la multinacional habrían cambiado totalmente el mapa cárnico español poniendo el peligro a corto plazo el liderazgo de Campofrío y, a medio plazo, el propio futuro de la cárnica española ante el gran potencial de los norteamericanos.
Con esas compras, el grupo burgalés no solamente consolidó su liderazgo, sino que cerró la entrada a Sara Lee y dejó diseñado el mapa de futuro para el sector cárnico en España, dominado por firmas familiares. Sara Lee vendió Argal un año más tarde a sus directivos y abandonó el sector.
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