Un Rioja en busca de comprador
La empresa Tuboplast, 'presionada' por el BBVA, pone en venta Bodegas Lan
La decisión de Tuboplast, empresa propietaria del ciento por ciento de Bodegas Lan, de vender esta compañía vitivinícola ha reabierto el debate sobre la rentabilidad a corto plazo de las bodegas o la especulación del negocio del vino. Entidades nacionales e internacionales, además de bodegueros de la zona, se perfilan como posibles compradores de Lan.
Tuboplast, la empresa dirigida por Juan Celaya (accionista también de Cegasa) apostó hace dos años por poner en marcha una nueva planta industrial en Vitoria, además de mejorar la cadena productiva de la planta que posee en Vichy (Francia). En total, una inversión que ronda los 54 millones de euros.
Tuboplast, empresa dirigida por Juan Celaya, mantiene un riesgo cercano a los 72 millones de euros con el BBVA
Ahora, sin embargo, la empresa vitoriana que fabrica envases y embalajes plásticos ha decidido realizar una operación de desinversión, auspiciada por el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), con el que Tuboplast tiene un riesgo cercano a los 72 millones de euros.
Bodegas Lan, situada en Fuenmayor (La Rioja), tiene una capacidad de producción cercana a los cinco millones de litros de vino anuales, en su mayoría dedicados a la elaboración de crianzas, reservas y grandes reservas. La bodega cerró el último ejercicio con una cifra de negocio de unos 12 millones de euros.
Lan, en un principio, perteneció a Rumasa y, posteriormente, pasó a manos de Marcos Eguizábal, aunque la operación fue impugnada por los pequeños accionistas. Los tribunales dieron la razón a estos últimos y uno de ellos, Juan Celaya, terminó haciéndose con el control absoluto del accionariado. En los últimos años, la bodega apostó por la mejora de instalaciones, materia prima y producto para poder convertirse en una empresa vitivinícola puntera. De esta manera, Lan invirtió más de 28,848 millones de euros.
La partida más importante se destinó a la construcción de la nave de barricas más grande del mundo, con una superficie de 6.400 metros cuadrados, totalmente diáfana, con una capacidad para almacenar 56.000 barricas, es decir, 12,6 millones de litros de vino. Estas instalaciones presentan un sistema robotizado de apilado y almacenamiento de cubas. Cada barrica posee un chip, de tal manera que se puede conocer en todo momento, y con exactitud, qué tipo de vino existe en cada uno de los puntos de la nave de crianza, fecha de trasiega, análisis y la trazabilidad de los vinos.
Las inversiones realizadas por Bodegas Lan estaban empezando a recoger sus frutos. Así, en los últimos años, sus caldos han obtenido más de 30 premios.
El negocio del vino es imposible de rentabilizar a corto plazo por los distintos parámetros de los que depende (condiciones atmosféricas, tiempo de vendimia, calidad de la uva, etcétera). Además, en el caso de Lan, su apuesta por comprar uva con precios por encima de mercado no ha dado resultado y no consigue dar salida a las reservas de vino que le supusieron un importante desembolso. Todo esto unido a un nivel de ventas que no termina de remontar.
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