Arafat se queda sin luz ni agua ni teléfono
Las fuerzas israelíes dejan completamente aislado en su refugio al líder palestino
Sin agua, sin electricidad, sin teléfono. Así se encontraba ayer, bajo tierra, en su búnker, Yasir Arafat y gran parte de los 50.000 habitantes de Ramala, en el segundo día de sitio israelí. La reocupación el viernes de la capital administrativa palestina ha desatado una oleada de indignación y protestas no sólo en los territorios palestinos, sino también entre la población árabe de Israel. La huelga general y las manifestaciones que como cada año señalaban ayer el Día de la Tierra se transformaron en un grito de apoyo a Arafat.
'Es muy peligroso aventurarse a salir. Sólo circulan tanques y soldados', relata a este diario Husein A., un residente del barrio de Al Ersal, en la carretera que une Ramala con la Universidad de Bir Zeit. 'Esto es un crimen silencioso', asegura, '¿por qué están actuando tan lentamente contra Arafat, como si fuera una novela, cuando en media hora podían haber tomado su sede? Da la impresión de que sólo pretenden prolongar nuestro sufrimiento'.
Los carros de combate israelíes llegaron a Ramala el jueves por la noche, pero sólo entraron en la ciudad al amanecer del viernes. Arafat despertó rodeado por medio centenar de tanques. Horas más tarde, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, le declaró 'enemigo' y excavadoras blindadas echaron abajo los muros de la sede presidencial palestina.Desde entonces, los soldados israelíes mantienen sitiados a Arafat, sus asesores y su guardia personal en dos habitaciones del segundo piso del único edificio que queda en pie. Han destruido el generador y cortado el teléfono, el agua y la electricidad. Durante las primeras horas, el líder palestino se mantuvo en contacto con el exterior a través del móvil, y llegó a mantener una conversación con el primer ministro de Turquía, Bulent Eçevit, pero ayer se acabaron las baterías y se quedó aislado. El líder palestino se encontraba 'con buen animo', según afirmó su ministro de Cooperación Internacional, Nabil Saath, uno de los últimos que pudieron hablar con él.
Un grupo de pacifistas encabezados por el líder antiglobalización José Bové aseguraron haber logrado entrevistarse con Arafat. El rais, a la luz de una vela, les aseguró que 'la lucha continuará hasta que los hijos de los palestinos icen la bandera palestina en las iglesias y las mezquitas de Jerusalén'. De nuevo nadie supo precisar cómo habían atravesado el cerco militar de la residencia.
Durante horas, los tanques israelíes permanecieron apostados a las puertas de las oficinas del rais sin que se registrara ninguna actividad. Incluso tras el atentado en un café de Tel Aviv, la situación permanecía por la noche en tensa calma en la ciudad, tras la jornada de asalto al cuartel. 'Si Arafat quiere ir al baño, necesita permiso israelí', aseguraba en tono jocoso un comentarista.
Husein confirma que todo el centro de la ciudad tiene cortadas el agua y la electricidad desde el viernes. 'No hay ninguna farmacia abierta y con el paso de las horas empezarán también a escasear los alimentos', advierte. 'Nosotros estamos menos mal porque vivimos a las afueras, pero no dejan de llegar noticias alarmantes', declara antes de explicar que los ciudadanos han creado una red informal para mantenerse en contacto a través de los móviles porque las líneas de teléfono terrestres están cortadas. Así se ha enterado de que a mediodía de hoy los soldados israelíes 'han entrado con perros en el hospital de Rahaie al Arabi'.
[En declaraciones al canal de televisión por satélite qatarí Al Yazira, el ministro palestino de Información, Yaser Abdel Rabo, explicó que el Ejercito israelí ha enviado este aviso a los asesores del propio Arafat, informa Efe. 'El comandante de las fuerzas invasoras que rodean al presidente palestino le ha dado un ultimátum: penetrarán en el cuartel general para arrestar a quien quieran y dejar a otros dentro', indicó el responsable palestino. Añadió que éste es 'uno de los pasos más graves dentro de los planes que él (Ariel Sharón) tiene respecto a la vida del presidente palestino'].
'Tu pueblo está contigo'
'Arafat, tu pueblo está contigo', corearon ayer cerca de 10.000 palestinos israelíes concentrados en la localidad de Kfar Kana, al norte de Israel, para conmemorar el Día de la Tierra. La cita anual en recuerdo de los seis árabes muertos en 1976 cuando protestaban por la confiscación israelí de sus tierras se ha convertido este año en una denuncia al sitio de Arafat.
Las autoridades israelíes preveían este extremo y, aunque autorizaron las manifestaciones, desplegaron un enorme dispositivo policial en todas las ciudades con población palestina, y en especial en el sector árabe de Jerusalén. El día anterior hubo varios heridos en los enfrentamientos que se produjeron a la salida de las plegarias en la mezquita de Al Aqsa. Las protestas de ayer transcurrieron sin incidentes, pero la policía detuvo a seis jóvenes en Nazaret.
'Sharon ha tomado como rehenes a Arafat y al pueblo palestino porque quiere imponerles su política', manifestó el diputado Azmi Bichara, antes de pedir la intervención de Estados Unidos, 'el único que puede presionar a Israel'. Bichara, diputado por Nazaret en el Parlamento israelí, se encuentra procesado bajo la acusación de 'incitar a la violencia contra Israel' y el Supremo acaba de levantarle la inmunidad parlamentaria.
Los llamados árabes israelíes, palestinos que se quedaron en sus tierras tras la proclamación del Estado de Israel en 1948, constituyen el 20% de la población israelí (unos seis millones). A pesar de tener la nacionalidad israelí, esta comunidad siempre se ha quejado de que la mayoría judía les trata como ciudadanos de segunda. Tras permanecer generalmente silenciosos durante la primera Intifada (1987-1993), sus manifestaciones de apoyo a este nuevo levantamiento fueron duramente reprimidas por la policía y les dejaron 13 muertos en octubre de 2000.
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