La guerra de los 'sin tierra' de Brasil
Centenares de campesinos extienden su protesta y ocupan la finca de un socio de la familia del presidente Cardoso
El Movimiento de los Sin Tierra (MST) que el sábado pasado invadió la finca de la familia del presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, ha vuelto a la carga y tiene ahora ocupada la finca de 5.416 hectáreas de Jovelino Mineiro, amigo y socio de negocios de la familia Cardoso. La invasión pacífica llevada a cabo por 500 campesinos ha sido justificada como represalia a la dentención de los 16 líderes del MST responsables de la invasión de la hacienda del presidente.
En esta ocasión, los Sin Tierra no han ocupado la casa del empresario y se han limitado a levantar sus famosas tiendas de plástico negras en la finca. Anoche, las fuerzas de policía vigilaban desde fuera el lugar sin intervenir, mientras que la intención de los Sin Tierra es la de congregar en la finca a 2.000 campesinos. Por el momento los ocupantes se han limitado a arrancar parte de la plantación de soja de la hacienda asegurando que se trata de soja transgénica.
El Movimiento de los Sin Tierra ha declarado que desea hacer la revolución
Y mientras la familia Cardoso va a pedir daños y perjuicios al Movimiento de los Sin Tierra por los destrozos realizados en su finca, entre ellos un ordenador, un secador de pelo, objetos de decoración y hasta camisas y pijamas del presidente, además de cajas de puros habanos obsequio de Fidel Castro y cajas enteras de botellas de whisky y vinos franceses que pusieron alegres a los campesinos que se pasaron la noche bailando, el MST ha declarado que 'desea hacer la revolución'. Según afirmó ayer Gilmar Maura, uno de los principales líderes del Movimiento, 'si el Gobierno no distribuye la riqueza por las buenas, el pueblo lo hará por las malas'. Maura añadió que van a seguir las invasiones de fincas ya que 'el Gobierno corta gasto social para entregarlo al Fondo Monetario Internacional'.
Los comentarios políticos apuntaban ayer que el MST, históricamente ligado al Partido de los Trabajadores, que lidera Inazio Lula da Silva, está haciendo con su radicalización una faena al mayor partido de la izquierda brasileña, al que podría dañar en las elecciones presidenciales de octubre próximo. De ahí el que buena parte de los progresistas brasileños, incluso aquellos que siempre han simpatizado y defendido lo que el MST ha hecho en este país a favor de la reforma agraria, estén ahora pidiendo al Partido de los Trabajadores que sea severo con estas acciones.
Por primera vez se empieza a hacer chacota del MST considerado como uno de los movimientos socialmemte más avanzados de América Latina. La prensa brasileña los ha bautizado con el nombre de Movimiento de 'Los sin educación' aludiendo a la conducta que tuvieron en la casa de la finca de Cardoso.
A las críticas respondió ayer João Paulo Rodrigues, coordinador del Movimiento en Brasilia, quien afirmó: 'No somos ángeles y no fuimos a la finca de Cardoso a realizar una liturgia evangélica. Además nuestras actuaciones siempre tienen carácter festivo y nunca de funeral'.
El Gobierno brasileño, a su vez, está siendo criticado, hasta por el Tribunal Supremo por la forma en que el Ejército detuvo y esposó a los responsables de los líderes de la ocupación de la finca de Cardoso, obligándoles a tumbarse en el suelo, lo que fue considerado 'humillante, injustificado y cruel' y cuyas fotografías han ofrecido al mundo una mala imagen de Brasil. El Gobierno, sin embargo, ha justificado la acción de la policía y del Ejército considerando que se trató simplemente de poner fin a un 'acto de terrorismo'.
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