500 campesinos ocupan la finca de los hijos del presidente brasileño
Los Sin Tierra depusieron su actitud tras las promesas del Gobierno y la llegada del Ejército
Cientos de campesinos del Movimiento de los Sin Tierra (MST) ocuparon durante 24 horas la finca de la familia del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, en una acción espectacular e inédita en la historia del movimiento. Cardoso se encontró el sábado con la desagradable sorpresa de ver en televisión cómo 500 integrantes del MST, entre ellos mujeres y niños, habían invadido la finca de sus hijos donde el presidente se refugia muchas veces a descansar. Los campesinos se retiraron sin oponer resistencia al poco de llegar a la finca en la mañana de ayer 20 camiones con soldados del Ejército brasileño y después de que el Gobierno les hubiera prometido que el próximo martes entregará al MST una finca cercana de 8.400 hectáreas.
Cardoso pudo ver que los campesinos habían hecho cinco fuegos en el patio donde él suele descansar en una hamaca leyendo, para preparar un feijoada (una especie de fabada con frijol negro); cómo revolvían en los libros de su biblioteca y cómo deshacían su cama de matrimonio y observaban admirados su cuarto de baño con bañera de hidromasaje. El baño fue, sin embargo, el único lugar que los invasores no usaron.
'Acto terrorista'
La primera declaración del presidente fue que se trataba de 'un atentado a la democracia' más que a la propiedad privada, mientras que el ministro de la Reforma Agraria, Raul Jung, calificó la invasión de 'acto de terrorismo'. El general Alberto Cardoso, responsable de la Seguridad Institucional de la Presidencia de la República, afirmó que 'habían sido violadas todas y cada una de las casas de los brasileños'.
En un primer momento los seguidores del MST afirmaron que habían llevado comida para resistir un mes y que no estaban dispuestos a dejar la finca del presidente hasta no haber conseguido sus reivindicaciones. Y mientras tanto mataron 15 gallinas de la granja de Cardoso para cocinarlas. La finca, situada a 200 kilómetros de Brasilia, que tiene el nombre de Corrego da Ponte, tiene 1.300 hectáreas de terreno donde se cultiva maíz y café y se crían miles de cabezas de ganado y está administrada por Luciana, la hija de Cardoso.
Varias veces el MST había amenazado con invadir la famosa finca del presidente, pero siempre se habían quedado a muchos kilómetros de ella detenidos por la policía. Pero ahora ha sido la primera vez que entraron no sólo en la finca, sino en la casa privada de la familia Cardoso. Los 16 policías que vigilan día y noche la finca no opusieron resistencia en esta ocasión y los cinco autobuses con las familias de los campesinos armados con palos y piedras ocuparon la casa.
La invasión ha dejado ya víctimas en el Gobierno. Los dos responsables del Ministerio de la Reforma Agraria, que negociaron con los invasores y que consiguieron que los campesinos se retiraran, presentaron ayer su dimisión porque el Gobierno no cumplió su palabra de que si el MST abandonaba la finca ninguno de ellos sería detenido. No fue así: los 14 líderes responsables de la invasión fueron esposados, echados al suelo y arrestados.
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