Para huir de clónicos

Los griegos, en sus fiestas de Koltabos, bebían vinos mezclados con resina, agua de mar e incluso añadían mármol pulverizado. Los romanos, en sus bacanales añadían miel y hierbas aromáticas. Los señores feudales los aligeraban con agua y los mezclaban con tierras espesantes. Ahora nuestros mostos son más puros e higiénicos, y algunos aspiran a ser una auténtica obra de arte.

Durante la última década, las bodegas vanguardistas se han propuesto elaborar vinos de mucha extracción, color, cuerpo y tanicidad. Incluso han logrado caldos que se podían masticar, dándose la paradoja de que el consumidor apenas podía beber más de tres copas sin fatigar su paladar. Los gustos de los vinos van cambiando. ¿Cómo serán los vinos del futuro? Para mi gusto, deberían tender a ser más amables, llenos de fruta; vinos elegantes y profundos, sin por ello perder sensaciones de tiempo y placer en su degustación.

En la denominación de origen Empordà Costa Brava, y apartada de las rutas turísticas, existe una pequeña bodega de tan sólo 15 hectáreas que, en su afán por elaborar un vino distinto y vanguardista, no dudó en plantar variedades foráneas como la cabernet franc, merlot y cabernet sauvignon. Con este coupage, elabora un vino de tirada reducida y que viene a romper con la moda imperante en el mercado, saturado de mostos clónicos. Es un caldo elegante, profundo, para marcar nuevas tendencias.

Este Oliver Conti 98 se muestra con color rojo picota, potente aroma de frutas en aguardiente y notas minerales. Es en boca amplio, muy graso y envolvente con los mismos recuerdos de la fase olfativa. En suma, un vino para beber sin cansar nuestras papilas gustativas.

- Bodegas Oliver Conti. Capmany (Girona). Teléfono. 972 193161.