Cinco palestinos mueren mientras EE UU insiste en su presión mediadora
El enviado de Bush convoca para hoy una reunión para discutir el alto el fuego
La cumbre árabe de Beirut se abre el miércoles. Arafat quiere ir, pero Sharon no garantiza que vaya a dejarle volver. Estados Unidos ha presionado, pero no demasiado, porque esta semana se han producido tres atentados palestinos. Todo depende de que hoy el comité de seguridad tripartito, integrado por israelíes, palestinos y estadounidenses, logre un acuerdo para el cese de la violencia. Entretanto, las operaciones del Ejército israelí provocaron ayer cinco muertos en Gaza. Otros dos civiles palestinos sucumbieron a las heridas recibidas días antes. 'La situación es muy difícil, pero seguimos trabajando', dijo un portavoz de la Unión Europea.
Nadie quiere tirar la toalla. Ni siquiera el mediador estadounidense, Anthony Zinni, quien a pesar del fracaso de la reunión de seguridad del pasado viernes volvió a convocar a israelíes y palestinos para hoy, tras el shabat, el día de descanso judío. Del éxito de esos contactos y del informe que Zinni envíe al presidente George W. Bush depende que finalmente se lleve a cabo la anunciada entrevista entre Arafat y el vicepresidente Dick Cheney. Estados Unidos ha puesto como condición que el líder palestino acabe con los ataques antiisraelíes, algo que, pese a la condena de Arafat el jueves, no contemplan los grupos extremistas. Ayer mismo, portavoces de Yihad Islámica y Hamás anunciaron que no respetarán el alto el fuego.
Para los palestinos, se trata de una cita crucial porque pondría fin al aislamiento al que ha estado sometido su líder desde que el Gobierno israelí lo confinara en Ramala el pasado diciembre. Además, serviría de garantía de que Sharon va a dejarle volver a los territorios autónomos tras la cumbre de Beirut. Bush, por su parte, sabe que la presencia de Arafat en la capital libanesa es importante para sus aliados árabes, cuya ayuda necesita para un hipotético ataque a Irak.
Sharon, que a principios de esta semana levantó las restricciones de movimiento a Arafat en los territorios autónomos, ha puesto condiciones a su viaje a Beirut que la Liga Árabe ha tachado de 'inaceptables'. A falta de su decisión definitiva, el primer ministro israelí asegura en una entrevista que publicaba The Washington Post que le gustaría ir él mismo 'para explicar directamente a los árabes lo que se puede alcanzar'.
La cumbre del miércoles ha suscitado mayor atención de lo habitual a raíz de que el príncipe heredero de Arabia Saudí desvelara su intención de presentar una iniciativa para normalizar relaciones con Israel a cambio de su retirada a las fronteras previas a la guerra de 1967. Sin embargo, un primer borrador del texto que los dirigentes árabes van a discutir en Beirut no incluye la palabra clave para atraerse el interés israelí: normalización.
De acuerdo con la versión publicada por el diario libanés As Safir, la cumbre árabe va a ofrecer a Israel una 'paz total' a cambio de una 'retirada total' de los territorios palestinos. El rotativo asegura que el documento incluye y asume los seis puntos del plan saudí, pero sólo habla de establecer 'relaciones ordinarias' con Israel. Otra sombra que planea sobre la cumbre es la eventual ausencia del presidente egipcio, Hosni Mubarak.
El alto representante de Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Javier Solana, anunció ayer que viajará a Beirut para asistir a la Cumbre de la Liga Árabe, informa Miguel González. Será la primera vez que un representante de la UE asista a una reunión de esta organización, que inaugurará el secretario de la ONU, Kofi Annan.
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