_
_
_
_

El PSOE señala a Cabanillas como ejemplo del 'sectarismo antidemocrático' del PP

El ministro portavoz replica a las críticas de los socialistas tachándolas de 'invectivas e insultos'

El PSOE señaló ayer en el pleno del Congreso al ministro portavoz, Pío Cabanillas, como exponente en el Gobierno del 'sectarismo, la manipulación grosera, la censura, la persecución al discrepante, la mentira y los métodos antidemocráticos' propios del franquismo. El PSOE pidió su dimisión tras culparle del bulo sobre la inexistente entrevista en Marruecos de Felipe González con el primer ministro de ese país, Abderramán Yussufi, y de la reciente suspensión de una entrevista a Javier Solana en TVE. Cabanillas negó esas acusaciones y reprochó al PSOE sus 'insultos e invectivas'.

Más información
Piqué pide ahora disculpas a González y a Yussufi por el bulo de la cita de Tánger
Cabanillas duda de que la ley especial para Barcelona sea constitucional
Mohamed VI reclama que Piqué viaje a Rabat para dar por zanjada la crisis con España

El PP anunció que los ministros no volverán a someterse a 'estrategias de acoso' en las sesiones parlamentarias de control al Gobierno. Y es que el Congreso de los Diputados vivió ayer otra jornada de duro enfrentamiento dialéctico. Los socialistas optaron por concentrar otra vez en un ministro, en esta ocasión Pío Cabanillas, las ocho preguntas de su cupo semanal de control al Ejecutivo. Ya lo habían hecho en ocasiones anteriores con el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, y con el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato.

Ahora, el PP se ha percatado de los daños de esa estrategia y no está dispuesto a consentirla más tiempo. Antes de que comenzaran ayer las preguntas a Cabanillas, el portavoz del PP en la Cámara, Luis de Grandes, y el secretario general del Partido Popular, Javier Arenas, comparecieron ante los periodistas para advertir de que los socialistas han rebasado, desde su punto de vista, el listón de lo admisible.

El Gobierno tiene la prerrogativa en el Reglamento del Congreso de decidir cuál de sus miembros contesta a la oposición. De Grandes avisó de que el Gabinete se acogerá a esa facultad ante el 'abuso' y la 'desvirtuación' del trámite de preguntas orales al Ejecutivo y las reprobaciones 'desproporcionadas' a varios ministros promovidas por los socialistas. La advertencia implica que en el futuro el Ejecutivo puede enviar, por ejemplo, a la ministra de Ciencia y Tecnología a contestar a una pregunta como la formulada sobre el bulo de la entrevista de González con el primer ministro marroquí. Ya han ocurrido cosas semejantes.

El PP acusó ayer al PSOE de montar 'un clima de crispación' para ocultar sus problemas internos. Pero el PSOE no se dejó amedrentar. Por la tarde, ocho diputados socialistas formularon con firmeza sus preguntas a Cabanillas, para ponerle contra la pared por sus últimas y polémicas actuaciones. Julio Villarrubia apeló al pluralismo garantizado en la Constitución para subrayar que los informativos de RTVE no respetan esos principios. Cabanillas, ex director de ese ente público, respondió que el Gobierno no enjuicia los telediarios y se remitió a la Comisión parlamentaria de control de RTVE.

Políticos al frente de RTVE

Villarrubia afirmó que quedó en entredicho la independencia profesional esgrimida en su día por José María Aznar como requisito para ser director general de RTVE después de haber nombrado él para ese puesto a Mónica Ridruejo -actual eurodiputada del PP-, a Fernando López Amor, ex diputado del PP, y a Pío Cabanillas, hoy ministro portavoz. Al director general de RTVE, Javier González Ferrari, le responsabilizó de la cancelación de la entrevista concertada con Javier Solana en Los desayunos de TVE y de que fuera sustituido por Pío Cabanillas, el día de la inauguración de la reciente cumbre europea de Barcelona.

El ministro portavoz tachó esas acusaciones de 'falsas' y expresó su falta de respeto por las 'invectivas' que le destinó Villarrubia al considerarle principal promotor de 'la manipulación grosera, las noticias falsas, la censura, los controles y la persecución al discrepante' por parte del Gobierno.

La socialista Soledad Pérez Domínguez tildó de 'bochornosa' la obsesión del Gobierno por acallar a la oposición, a Solana, a los movimientos antiglobalización y a los inmigrantes. Cabanillas ironizó con que no está entre sus responsabilidades saber cuánto salen en la televisión pública los socialistas, 'ni lo que dicen' o 'transmiten'. A continuación insinuó que el PSOE pregunta al Gobierno en el Congreso sobre cosas de poco interés, como lo es, a su juicio, el viaje de González a Marruecos, y nada sobre asuntos importantes, como lo ha sido la cumbre de Barcelona.

Teresa Cunillera le interrogó sobre sus cometidos como portavoz para destacar que, en realidad, lo que hace es fomentar 'campañas de propaganda' incluso con los consejeros de las embajadas. Cabanillas adujo que tiene dificultades para propagar bien los logros de un Gobierno que ha cumplido a mitad de legislatura el 80% de su programa.

Máximo Díaz Cano reclamó a Cabanillas que deje de usar las ruedas de prensa tras los Consejos de Ministros para acusar a los socialistas y a su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, de 'desleales'. Cabanillas le recordó los improperios que ha recibido del PSOE en estas semanas.

Isabel López i Chamosa le recordó con sorna a Cabanillas 'el dolor' que le causó la muerte del general Franco, y mencionó los obstáculos que figuraban en los pasaportes, durante el franquismo, para visitar 'la URSS y los países satélites' para ironizar sobre su pretensión de desaprobar los viajes de Felipe González al extranjero. El ministro lamentó la insistencia del PSOE 'en convertir en mártir y protagonista a quien no es ni lo uno ni lo otro'.

Joaquín Leguina reprochó los 'malos modos', el 'empozoñamiento político' y la 'trucada lucha libre sobre el barro' del Gobierno y exigió mayor 'decencia' a los 'palmeros del PP' en su comportamiento con el PSOE y que resumió así: 'Si te callas, nos llaman blandos, y si contestas, insultones'. José Blanco, secretario de Organización del PSOE, pidió la dimisión del ministro por su sobredosis de métodos antidemocráticos.

Pío Cabanillas, durante su intervención, ayer, en el pleno del Congreso.
Pío Cabanillas, durante su intervención, ayer, en el pleno del Congreso.RICARDO GUTIÉRREZ

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_