España propone dar formación sobre el maltrato a jueces, médicos y docentes

Buenas prácticas para eliminar un mal problema. La presidencia española propuso ayer a los ministros de Igualdad de Oportunidades de la Unión Europea un decálogo para paliar los efectos de la violencia contra las mujeres. Entre las medidas figura promover programas de rehabilitación para agresores y dar formación sobre el maltrato a jueces, médicos y profesores. El consejo informal partió de un dato: una de cada cinco europeas ha sido víctima de la violencia a manos de su pareja en algún momento de su vida.

La reunión ministerial de Santiago de Compostela estudia la violencia contra las mujeres en tres ámbitos: doméstico, sexual y acoso laboral. Se considera que es consecuencia de las desiguales relaciones de poder entre los dos sexos. La presidencia española ha traído tres documentos a esta cumbre: el avance de un estudio sobre las distintas medidas implantadas por los Estados de la UE para luchar contra el problema (elaborado con las respuestas de 10 Estados), un proyecto guía de buenas prácticas para paliar y erradicar el problema y un documento de debate sobre la prevención de la violencia y la protección a las víctimas que se discutirá hoy. Este texto señala que existen 'dificultades' para considerar el acoso moral en el trabajo como violencia contra la mujer, ya que también lo sufren los hombres.

'La violencia contra las mujeres no es un problema privado, sino público. No es un problema social, sino político', afirmó la comisaria europea de Trabajo y Asuntos Sociales, Anna Diamantopoulou quien señaló que las europeas entre 15 y 44 años tienen mayor riesgo de sufrir daños o incluso muerte a manos de su pareja que de padecer cáncer o ser víctimas de un accidente de tráfico. Añadió que, además, el problema supone un fuerte coste económico (50 millones de euros en Finlandia y el triple en Holanda, los dos únicos Estados de la UE que lo han cuantificado).

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Juan Carlos Aparicio aseguró que es preciso perfeccionar el marco jurídico para condenar a los agresores. 'Puede ser necesario endurecer las leyes, pero no es suficiente', puntualizó Aparicio. A su juicio, debe primar la protección a la víctima, aunque en muchas legislaciones tiene mayor peso la presunción de inocencia para el agresor. El ministro español aludió a la nueva muerte por maltrato ocurrida ayer en Barcelona: 'Demuestra la triste continuidad de estos fenómenos'.

La guía de buenas prácticas presentada ayer incide en la necesidad de sensibilizar contra todo tipo de violencia dirigida a las mujeres por el hecho de serlo. Eso pasa por erradicar las creencias sexistas. El aula se considera el mejor terreno para trabajar en la prevención. Sin embargo, con demasiada frecuencia, los profesores carecen de formación y de medios para abordar esa tarea, explicó. También es preciso dar formación específica a otros profesionales vinculados al problema (jueces, médicos, psicólogos...).

En cuanto a la asistencia a las víctimas, la guía propone que haya una plaza en centros de atención por cada 10.000 mujeres, como mínimo. También se ocupa de los agresores, para los que propone programas de rehabilitación que no sustituirán a las medidas penales.