Para vencer el cáncer no hay que emigrar
Un informe demuestra que los afectados por tumores en España sobreviven tanto como en EE UU
El peregrinaje al extranjero para vencer el cáncer no tiene razón de ser. Un estudio comparativo elaborado por el Instituto Catalán de Oncología (ICO) y el hospital de Bellvitge de Barcelona demuestra que la supervivencia de los enfermos de cáncer de mama, colon y recto tratados en este hospital público es similar a la del conjunto de la red sanitaria de EE UU. Según la epidemióloga Josepa Ribes, responsable del Registro de Cáncer del ICO, los resultados de este estudio de Bellvitge son extrapolables 'a la mayoría de los grandes hospitales de España'.
Aunque persisten desigualdades territoriales en cuanto al acceso a un diagnóstico temprano, según han demostrado diferentes estudios, los pacientes españoles tienen la oportunidad de recibir tratamientos tan eficaces como los que reciben los enfermos de Estados Unidos. Esto es algo que los gestores venían repitiendo y que el estudio de Bellvitge ha demostrado ahora con cifras.
'La especialización está permitiendo tasas de supervivencia nunca alcanzadas hasta ahora'
'El cáncer todavía se detecta algo más tarde en España que en Estados Unidos'
Los datos son contundentes. En el caso del cáncer de mama, el índice de supervivencia es idéntico: tanto en el registro de Bellvitge como en el de Estados Unidos (población blanca), a los cinco años del diagnóstico sobrevive el 86% de las mujeres tratadas. En el caso del cáncer colorectal, el 59% de las mujeres tratadas en Bellvitge superó los cinco años de vida. En EE UU el índice de supervivencia de las mujeres de raza blanca fue del 61,5% y, en el caso de las mujeres negras, del 51,7%. En los hombres, la supervivencia de los pacientes de Bellvitge casi se iguala al promedio de Estados Unidos, lo que el director del Instituto Catalán de Oncología, Josep Maria Borràs, califica de 'todo un éxito'. En opinión de Borràs, 'la potenciación de la medicina preventiva y la especialización de los equipos médicos están permitiendo tasas de supervivencia mejores, aunque queda mucho aún por hacer'.
El documento del ICO analiza datos de 3.758 enfermos de tumores colorectales y cáncer de mama tratados en los hospitales de Bellvitge y Duran Reynals, ambos públicos, entre 1993 y 1997. Según Josep Maria Borràs, éste es 'el primer estudio que se hace en España de supervivencia relativa teniendo en cuenta el estadio (extensión) del cáncer en el momento de ser detectado'. Esto ha permitido la comparación de las cifras de los hospitales catalanes con los registros de referencia del Surveillance Epidemiology and End Results de EE UU (SEER). Este registro tiene almacenados los datos de hasta 40.000 enfermos, tanto de hospitales privados como públicos. El estudio hace especial hincapié en qué grado de desarrollo tenía el tumor en el momento de ser detectado y lo divide según tres estadios -localizado, regional y diseminado-, lo cual permite comparar las cifras con los datos de EE UU pero no con los de Europa, donde los registros de población no hacen esta distinción.
La elección de estos dos tipos de tumores no fue casual. Un artículo publicado el año pasado por el Grupo de Estudio de las Causas del Cáncer en España afirma que el cáncer de mama es la primera causa de mortalidad por cáncer entre las mujeres. En cifras globales, el cáncer colorectal también es uno de los más frecuentes, tanto en hombres como en mujeres. Su prevalencia, más frecuente en personas de más de 65 años, lo sitúa como el tumor más frecuente tras el cáncer de piel y el de pulmón.
Los resultados de Bellvitge son aplicables, según el director del ICO, 'al conjunto de la sanidad de este país'. Y si algo enorgullece a los oncólogos españoles es que la lucha contra el cáncer no se ha recluido en unos pocos centros de élite, sino que es el sistema sanitario público el que marca el pulso. No ocurre lo mismo en Estados Unidos, donde no existe un sistema público y universal de asistencia sanitaria y las clases sociales más desfavorecidas no pueden pagarse un seguro privado. 'De ahí la diferenciación que se hace sistemáticamente entre los americanos de raza blanca y los de raza negra a la hora de evaluar su estado de salud', recuerda Borràs. 'Todos los grandes hospitales españoles', añade, 'se están dotando de equipos humanos altamente especializados que permiten un tratamiento del cáncer más eficaz'.
Pero la clave no está sólo en la alta especialización.Y tampoco en la utilización de tecnología punta a gran escala. Estos tratamientos difícilmente se aplican a los pacientes menos graves y con mayores posibilidades de curación. Así lo cree Matilde Navarro, del Servicio de Oncología Médica del ICO. 'Las técnicas más innovadoras, como los arsenales de fármacos, sólo llegan a aplicarse en los enfermos con diagnósticos más graves, y su éxito no suele reflejarse en las estadísticas globales ya que estos enfermos son una minoría. Lo que sí tiene resultados visibles, desde el punto de vista epidemiológico, es poder detectar el cáncer en fases precoces para poder tratarlo de forma efectiva'. En estos casos, la coordinación de los especialistas y los tiempos de reacción tienen una importancia vital.
Pese a los buenos resultados en cuanto a índices de supervivencia una vez diagnosticado el tumor, los responsables del estudio no quieren ser triunfalistas y advierten de que todavía queda mucho camino para recorrer en el ámbito del diagnóstico precoz. 'Observamos que aquí el cáncer todavía se detecta algo más tarde que en EE UU', alertan. Y ello va, inevitablemente, en detrimento del éxito del tratamiento.
Con todo, también en este ámbito se han observado importantes avances. Por ejemplo, si hace unos años se tenía el convencimiento de que las operaciones para extirpar tumores por la vía de urgencias no solían tener éxito, ahora los datos indican, según el cirujano Joan Martí Ragué, que ya no hay diferencias apreciables entre la supervivencia de los enfermos operados de urgencias con criterios oncológicos y los que se han sometido a los tratamientos previos. 'A ello ayuda que cada vez nos llegan menos enfermos con metástasis a urgencias', explica.
Otro dato esperanzador: la totalidad de las mujeres que llegaron al hospital de Bellvitge con un cáncer de mama localizado pudieron ser tratadas con éxito y continuaban vivas cinco años más tarde. En este parámetro concreto, la estadística del registro de Bellvitge supera a la de Estados Unidos.
Equipos multidisciplinarios
La clave del éxito está en ver muchos casos del mismo tipo'. Lo dice Joan Martí-Ragué, jefe de cirugía colorrectal del hospital de Bellvitge, uno de los médicos más reputados en el tratamiento y extirpación de tumores intestinales. Y para ver a muchos pacientes con dolencias similares es necesario que los hospitales cuenten con 'grandes equipos superespecializados'. Se trata de grupos pluridisciplinarios que tienen el cáncer como enemigo común. Cada uno desde su disciplina, pero todos con un mismo objetivo. El hospital de Bellvitge y el Duran Reynalds han creado varios equipos de este tipo. Cirujanos, oncólogos, radiólogos, expertos en quimioterapia, patólogos y hasta psicólogos forman un equipo compacto con el único objetivo de salvar a pacientes con diagnósticos que hace no muchos años tenían muy mal pronóstico. 'Algunos enfermos tienen a su disposición médicos de hasta 14 disciplinas diferentes altamente especializados en el tratamiento del cáncer desde todas las vertientes. Éste es uno de los factores que nos ha permitido alcanzar los actuales niveles de supervivencia', explica Joan Martí-Ragué.
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