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Reportaje:

La guerra del canciller contra Bruselas

Schröder lanza una ofensiva contra la Comisión Europea para frenar la reprimenda por el déficit alemán

Carlos Yárnoz

La credibilidad del Pacto de Estabilidad está en juego y todo apunta a que mañana quedará dañada por sus principales impulsores: los políticos alemanes. El canciller Gerhard Schöder ha puesto en marcha su enorme influencia para que los ministros de Finanzas rechacen o suavicen la reprimenda que le lanzó la Comisión Europea el 30 de enero por el abultado déficit de Berlín. El canciller, con las elecciones de septiembre a la vista, ya tiene apoyos para bloquearlo o sustituirlo por una componenda. España, en la presidencia de la UE, busca una fórmula 'sin ganadores ni perdedores'.

El comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, explicó a sus colegas del Ejecutivo comunitario que los datos eran incontestables. Alemania había previsto para 2001 un déficit del 1,5% y se había disparado al 2,6%, pero este año aún crecerá más y se aproximará al límite del 3% estipulado en el Pacto de Estabilidad como 'déficit excesivo' que puede desembocar incluso en una multa de hasta el 0,5% del PIB. Por tanto, y como prevé el acuerdo, había 'argumentos económicos' suficientes para lanzar contra Berlín, por primera vez en la historia de la UE, la llamada 'alerta rápida' o primer aviso.

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Frente a la resistencia del ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, Solbes insistió en que, de no hacerlo ahora, tampoco sería posible usar esa misma arma en el futuro contra países que incumplieran las reglas de juego. A regañadientes, Eichel dijo que no haría nada para impedir la admonición. Pero Schröder declaró unos días después que la Comisión tuvo 'otros motivos', al margen de los económicos, para amonestar a Berlín. Fue toda una declaración de guerra en un momento en el que incluso el presidente de la Comisión, Romano Prodi, tuvo que llamar la atención al alemán Günter Verheugen, comisario de la Ampliación y ex miembro del Gobierno de Schröder, que llegó a calificar de 'innecesaria' la alerta.

Las posiciones se han ido endureciendo. Schröder no consiente que Edmund Stoiber, su rival y candidato democristiano, aproveche esta oportunidad de oro. Ministro presidente de Baviera, uno de los länder más prósperos de Alemania, Stoiber ya predica que la locomotora alemana se ha convertido 'en el furgón de cola de la UE', con más de cuatro millones de parados (10,4%) y un crecimiento previsto para 2002 de sólo un 0,6%.

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Por eso Schröder se ha puesto manos a la obra. En Bruselas se le acusa de 'trabajar al máximo para hacer lobby' y bloquear el castigo. Ya cuenta al menos con el apoyo de Italia, Francia, Reino Unido y Portugal: 35 votos sobre un total de 87, cuando sólo le hacen falta 26 para frenar en seco la amenaza.

Pero nadie quiere una crisis institucional en la UE. Es ahí donde entra en juego España. 'Buscamos una solución de compromiso', asegura un alto cargo español que participa en las negociaciones. Incluso el todopoderoso presidente del Banco Central Europeo, el holandés Wim Duisenberg, dejó la puerta abierta a esa componenda y apuntó una salida: si Alemania declara mañana su compromiso de controlar el déficit, la alerta ya habrá hecho su efecto. De ser así, todo el mundo apuesta por una segunda batalla aún más dramática: como el déficit alemán crecerá en los próximos meses, la Comisión acabará lanzando un segundo aviso.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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