Botín pide reformas laborales, fiscales y de servicios públicos

Emilio Botín, presidente de Santander Central Hispano, exigió ayer 'reformas laborales, fiscales y en los servicios públicos' para que las economías europeas puedan ganar competitividad frente a Estados Unidos. En su primera junta de accionistas como presidente único del banco, en la que se produjeron agrias discusiones con algunos accionistas, Botín anunció un beneficio del grupo de 2.486 millones de euros, un 10,1% de aumento, y que el resultado de este año crecerá en la misma medida.

Emilio Botín aprovechó la junta de accionistas celebrada ayer en el Palacio de Festivales de Santander para pedir importantes reformas legales en Europa. En su opinión, la implantación del euro, 'gracias al decidido impulso de nuestro Gobierno', se ha llevado a cabo 'con gran éxito'. Sin embargo, Botín cree que la llegada de la moneda única no es suficiente para dinamizar la economía europea. 'A mi juicio, es indispensable que Europa avance en un conjunto de reformas laborales, fiscales y en los servicios públicos para que nuestras economías puedan ganar competitividad frente a países que muestran mayores niveles de eficiencia como Estados Unidos', afirmó.

En el mismo sentido, se atrevió a solicitar a las autoridades europeas que reformen la normativa contable según el modelo estadounidense. El capítulo al que se refería era el de los fondos de comercio, una partida que exige cargar contra los beneficios la diferencia entre el valor en libros de una empresa y el precio que se paga por ella en el mercado.

Tras la compra de numerosos bancos en América Latina y paquetes de acciones de grandes empresas, el Santander Central Hispano tiene pendiente de amortizar 10.000 millones de euros (1,6 billones de pesetas) en un plazo máximo de 20 años. En Estados Unidos se ha llevado esta exigencia hasta límites muy bajos, lo que facilita las adquisiciones de las empresas y bancos de ese país. Esta circunstancia se dio en México, donde Citibank adquirió Banamex por unos 12.000 millones de euros sin amortizar los fondos, mientras que SCH y BBVA han tenido que hacerlo cuando compraron entidades mexicanas. 'Esta asimetría contable supone para las compañías europeas, como la nuestra, una clara desventaja comparativa con las norteamericanas que considero que hay que estudiar y corregir en el más breve espacio de tiempo posible', afirmó tajante Botín. El Banco de España no se ha pronunciado sobre esta posibilidad, y hasta ahora ha sido tajante en obligar a las entidades a amortizar los fondos de comercio. Incluso ha pedido que lo hagan antes del plazo legal para disminuir el riesgo de Latinoamérica.

Confianza en Argentina

En 2001, el banco ha restado de los beneficios 1.873 millones de euros por los fondos de comercio, que se suman a los 1.187 millones que ha destinado a provisiones por la crisis argentina. Respecto a la situación de este país, indicó que, 'aunque es muy prematuro emitir juicios definitivos, las recientes medidas adoptadas me animan a pensar que empezamos a estar en la dirección correcta para asegurar un sistema financiero viable'.

Pero la inestabilidad de Argentina no provocará que el SCH renuncie a sus inversiones en Latinoamérica y Europa. Botín explicó a los accionistas que 'en Iberoamérica es posible obtener beneficios recurrentes y crecientes', al tiempo que anunció un cambio de estrategia en Europa. Una vez superada la política de compartir negocios con algunos de sus socios europeos como Société Générale y Commerzbank, apuesta por desarrollar la banca de financiación del consumo.

Botín comentó que la fuerte bancarización del Viejo Continente obliga a entrar con negocios especializados. Con este fin, pidió autorización a la junta para ampliar capital hasta un máximo del 5% para adquirir la sociedad de financiación de vehículos AKB, que tiene una cuota de mercado del 13% en Alemania. La adquisición ascenderá a 1.100 millones de euros. El SCH fusionará esta entidad con la filial CC-Bank y entrará en otros países europeos. En Italia comparten con su socio San Paolo IMI otra financiera, Finconsumo, y en España disponen de Hispamer. El banco tiene en la zona euro cuatro millones de clientes.

Botín volvió a resaltar la 'alianza histórica' con el Royal Bank of Scotland, establecida hace 14 años. Luego lanzó un guiño a su socio escocés con una frase que puede anticipar una mayor compenetración entre las dos entidades. 'Es una alianza única, porque está basada en la confianza mutua y en la coincidencia de objetivos y políticas sobre lo que debe ser una gran institución financiera a escala mundial', comentó.

El SCH ha incrementado su base de capital desde el 10,86% que tenía en 2000 al 12,04% del año pasado. La junta aprobó el reparto de un dividendo con cargo al año pasado de 0,285 euros por acción, un 5,5% más que en 2000.

Botín intentó hacer olvidar a los accionistas el mal comportamiento de la acción en los mercados -en los últimos 12 meses ha caído más de un 40%- diciendo que en los diez últimos años la cotización se ha multiplicado por siete.

Ángel Corcóstegui, vicepresidente primero y consejero delegado, coincidió con Botín en destacar la importancia de la reducción de costes. Corcóstegui afirmó que no sólo era necesario gastar menos, sino también elevar los ingresos recurrentes 'ofreciendo más servicios y de gran calidad para los clientes'. Alabó la gestión de Banesto, presidido por Alfredo Sáenz, y avanzó que el objetivo es pasar del 10% al 15% de cuota de mercado en Portugal.

Botín explicó que los retos de futuro pasan por conseguir el 'liderazgo en los dos continentes', así como mantener sus inversiones industriales, porque 'contribuyen muy positivamente a los resultados del grupo y respaldan el balance. Todo ello se traduce en solidez y rentabilidad'. Para este año se comprometió a elevar el beneficio neto atribuido un 10,1%, rebajar la eficiencia hasta el 52% y mantener el ratio de fortaleza de capital por encima del 12%.