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Rumsfeld: 'El clima soleado del Caribe es muy distinto del afgano y les conviene la ventilación'

El secretario de Defensa defiende la situación de los detenidos de Al Qaeda en Guantánamo

Enric González

'Cualquiera diría, leyendo la prensa, que el problema del mundo es EE UU. Les aseguro, señores, que es al contrario', afirmó ayer Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, en una larga comparecencia ante la prensa para desmentir que los presos capturados en Afganistán y trasladados a la base naval de Guantánamo (Cuba) fueran objeto de malos tratos. Las alegaciones hechas 'desde una confortable distancia', dijo, 'son, simple y llanamente, falsas'.

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El Gobierno de EE UU retiene a 158 presuntos miembros de alto rango del régimen talibán y de Al Qaeda en su base de Guantánamo, y a otros 275, en Afganistán. La publicación de unas fotografías tomadas por un soldado en Guantánamo y difundidas por el Pentágono, en las que varios presos aparecían en cuclillas, con los ojos y los oídos tapados, las manos cubiertas con guantes y con mascarillas sobre la boca, han despertado críticas en numerosos países. Esas imágenes fueron captadas el 11 de enero, en el momento en que un grupo de presos acababa de desembarcar del avión tras un viaje de casi 24 horas. 'El traslado es el momento más peligroso y, por supuesto, mantenemos a los presos atados y con todas las limitaciones que consideramos necesarias para asegurarnos de que no puedan atacar a sus vigilantes', explicó Rumsfeld. 'Una vez en Cuba, muchas de esas limitaciones desaparecen', añadió.

Varios diputados laboristas del ala izquierda del partido han formulado preguntas en la Cámara de los Comunes británica sobre la situación en Guantánamo, y el Gobierno alemán ha emitido una declaración oficial en la que critica el trato a los prisioneros por parte del Ejército estadounidense.

'Las alegaciones hechas por algunos, desde una confortable distancia, acerca de que los hombres y mujeres del Ejército de EE UU no tratan adecuadamente a los detenidos bajo su custodia, son, simple y llanamente, falsas', aseguró Rumsfeld. 'Es sorprendente la cantidad de cosas que algunos parlamentarios pueden descubrir desde una distancia de 5.000 millas', ironizó, refiriéndose a las acusaciones formuladas en la Cámara de los Comunes, desmentidas tanto por el Gobierno de Tony Blair como por la Cruz Roja, que dispone de representantes permanentes en la base de Guantánamo.

Para subrayar la peligrosidad de los detenidos en la base estadounidense sobre territorio cubano, el Pentágono reveló ayer que uno de ellos había mordido a un soldado, y que otros habían jurado matar a un americano antes de abandonar el lugar.

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'Esos detenidos no pueden ser tratados como prisioneros de guerra según las convenciones de Ginebra, que exigen que el soldado lleve uniforme o identificaciones, luche para un Gobierno reconocido y no oculte sus armas, para que se le considere un combatiente legítimo', explicó Rumsfeld. 'Pero', precisó, 'se les trata humanamente, de acuerdo con lo establecido en esas convenciones, y no sufrirán una detención ilimitada: poco a poco, tras los interrogatorios, serán objeto de acusación formal y entregados a un juez o un tribunal militar, o enviados a su país de origen, o puestos en libertad'.

Los prisioneros, que reciben tres comidas al día, tratamiento médico y servicios religiosos musulmanes, permanecen encerrados en jaulas cubiertas, pero sin otras paredes que los barrotes. 'El clima soleado del Caribe es muy distinto del de Afganistán, y conviene esa ventilación', aseguró el secretario de Estado. Una periodista le preguntó, con toda seriedad, si no necesitaban aire acondicionado. 'Le sorprendería saber la cantidad de gente que no tiene aire acondicionado en Cuba', respondió Rumsfeld. No hubo referencias, sin embargo, a los mosquitos transmisores de enfermedades que abundan en Guantánamo, y contra los que los detenidos carecen de protección.

Rumsfeld admitió que el trato dispensado a John Walker, el talibán norteamericano, sería distinto 'porque Walker no está en manos del Departamento de Defensa, sino del Departamento de Justicia'. La decisión sobre cada detenido corresponde, en último extremo, a la Casa Blanca, que en el caso de Walker ha optado por entregar al preso a la justicia ordinaria, al igual que ocurrió con el ciudadano francés Zacharias Moussaoui. Walker, hijo de una familia californiana de clase media-alta, salió ayer de Afganistán y llegará probablemente hoy a Alexandria (Virginia), donde será encarcelado a la espera de comparecer ante un tribunal federal.

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