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Mohamed VI ha transmitido al Rey su deseo de 'preservar las relaciones de buena vecindad'

La Marina Real marroquí destaca las detenciones que ha realizado de pateras con inmigrantes

El rey de Marruecos, Mohamed VI, dirigió el pasado día 5 una carta al Rey Juan Carlos, con motivo de su cumpleaños, que contiene términos extraordinariamente efusivos sobre el futuro de las relaciones hispano-marroquíes. 'Reitero la voluntad que nos anima de preservar las relaciones de buena vecindad y de cooperación ejemplar entre nuestros dos países (...)'. 'Imploro a Dios para que nos ayude a continuar nuestra acción común para la consolidación del entendimeinto y de la comprensión para el bien de nuestros dos países y de nuestros dos pueblos amigos', escribió Mohamed VI al Rey de España. El pasado 27 de octubre, el rey de Marruecos llamó a consultas a su embajador en Madrid para manifestar su descontento con la política española.

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La exaltación realizada ahora por el monarca alauí de la amistad hispano-marroquí, en el telegrama que envió a don Juan Carlos el pasado día 5, ha sido interpretada, junto con otros gestos, como una muestra del deseo de Marruecos de empezar a cerrar la crisis diplomática con España.

Uno de los principales consejeros de Mohamed VI, Fadel Benyaich, está intentando también establecer un diálogo informal entre autoridades marroquíes y españolas para superar el contencioso. Hijo del médico de Hassan II asesinado durante el frustrado golpe de Estado de Sjirat, en 1971, Benyaich es hijo de una granadina. Sus gestiones han tenido hasta ahora poco éxito porque el presidente del Gobierno, José María Aznar, quiere resolver la crisis a través de los cauces diplomáticos tradicionales.

Otra señal aparente de buena voluntad marroquí ha sido la multiplicación, estos días, de noticias oficiales sobre los apresamientos por patrulleras de ese país de embarcaciones repletas de inmigrantes ilegales que navegaban rumbo a Andalucía. Deseosa, aparentemente, de mostrar los esfuerzos que lleva a cabo para luchar contra ese fenómeno, la Marina Real difundió el pasado miércoles un balance extraordinariamente detallado de las detenciones practicadas durante el segundo semestre de 2001: 689 emigrantes, de los que 547 eran marroquíes, 137 subsaharianos, tres hindúes, dos de Bangladesh y un paquistaní.

Rabat prohibió además, el jueves, el congreso que la Asociación de Defensa de las Víctimas de la Guerra del Rif tenía previsto celebrar en Alhucemas y en el que los participantes iban a pedir a España que presentase sus disculpas por las atrocidades que cometió utilizando armas químicas a comienzos del siglo pasado en el norte de Marruecos. La prohibición ha sido interpretada por algunas fuentes diplomáticas como un gesto de buena voluntad hacia el Gobierno español.

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Por primera vez, un diario marroquí, L'Economiste, considerado cercano a los empresarios, ha dejado entrever su malestar por las consecuencias económicas del enfriamiento de la relación con España. El rotativo lamenta que Rabat no haya aceptado la oferta española de poner en marcha el convenio sobre mano de obra suscrito en Madrid en julio de 2001 y que hubiese permitido emigrar legalmente a España, durante ese año, a varios miles de marroquíes.

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