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Vitoria crea una ponencia para estudiar la futura planta de residuos

La futura planta de tratamiento de residuos urbanos de Vitoria, una instalación exigida por el Plan Integral de gestión de residuos al que se adhirió el Ayuntamiento siguiendo directrices de la Unión Europea, se presenta con varias incógnitas y la primera es la de su ubicación. El problema es que esta infraestructura, que debe reciclar la mayor parte de los desechos orgánicos no reciclables de la comarca para reconvertirlos en biogás y compost (abono), debe construirse en un plazo corto de tiempo si el Ayuntamiento quiere que la UE financie el 80% de los 16,8 millones de euros (2.800 millones de pesetas) que puede costar el proyecto.

Los partidos presentes en el consistorio vitoriano instaron ayer al responsable de Medio Ambiente y teniente de alcalde, José Antonio Pizarro (UA), a constituir una ponencia sobre la planta que ponga sobre la mesa las alternativas de ubicación que existen. En primera instancia, Pizarro había adelantado que este servicio se levantaría en la localidad de Subijana, situada a seis kilómetros al suroeste de Vitoria, pero tanto las quejas de los vecinos como la demanda de un debate más a fondo por parte de la oposición han dejado en el aire un lugar concreto. La planta de compostaje ocupará una superficie de tres hectáreas y tratará la casi totalidad de los desechos urbanos orgánicos -quedan fuera pilas, vidrio, papel, envases y residuos tóxicos, que cuentan con un procedimiento propio-. De esta manera, cuando se ponga en marcha sólo un 5% de las basuras tendrán como destino el actual vertedero de Gardélegui. Si el destino definitivo es Subijana, los representantes de los pueblos colindantes serán escuchados por la ponencia, ya que expresan su preocupación por la posible emisión de olores de la planta y amenazan con pedir la desanexión del municipio de Vitoria. Pizarro ha insisistido en que se trata de una nave cerrada herméticamente sin emisiones al exterior.

Vlausura de vertederos

En Vizcaya, ayer se inauguró la tercera planta de transferencia de basuras de este territorio, que se ubica en Zalla y se añade a las existentes en Gernika y Durango, informa Alberto Uriona. La instalación, con un coste de 1,06 millones de euros (cerca de 175 millones de pesetas) tratará las más de 15.000 toneladas de residuos urbanos que generan los 36.000 vecinos de la comarca de Las Encartaciones y el municipio de Muskiz. Estos desechos irán a parar al vertedero de Igorre.

Su puesta en marcha permite iniciar los trabajos de clausura del vertedero de Gordexola, donde desde 1989 se depositaba la basura de esta zona. La Diputación pretende que este basurero quede sellado y recuperado para finales de año, para lo que se necesita una inversión de 1,2 millones de euros (200 millones de pesetas). En estos doce años de funcionamiento, ha almacenado 112.000 toneladas de basuras, de las que el 32% se han depositado sólo en los tres últimos ejercicios.

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