_
_
_
_

La Guardia Civil impide la matanza de un cerdo en un restaurante para celebrar un festejo gastronómico

Esther Sánchez

El restaurante El Caserón de Araceli, en la localidad del norte de Madrid San Agustín de Guadalix, no pudo celebrar su tradicional matanza del cerdo, preparada para el sábado por la mañana. Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) se personaron en el establecimiento y prohibieron que mataran al animal, que estaba preparado para el sacrificio.

La Asociación Amnistía Animal-Comunidad de Madrid había denunciado ante el Ayuntamiento de San Agustín de Guadalix el hecho, por tratarse de una práctica prohibida. Según esta organización, el Ayuntamiento no mostró ningún interés por parar el sacrificio, por lo que decidieron ponerlo en conocimiento de la Dirección General de Agricultura.

El propietario del restaurante, Raúl Ronda, comenta que llevan haciendo la matanza desde hace cinco años, 'como otros restaurantes de la zona'. Asegura que el sacrificio se realiza en una nave cerrada, a la que sólo tienen acceso él y otros amigos. Posteriormente, los productos cárnicos se llevan al matadero, donde el veterinario los revisa. 'En ningún momento ofrecemos esos productos a nuestros clientes, son para consumo personal', puntualiza.

Sin embargo, la presidenta de Amnistía Animal, Matilde Cubillo, asegura que el restaurante vendía la fiesta a los clientes como 'matanza del cerdo' y que, posteriormente, ofrecía la degustación de las viandas: 'Pero cuando se ha descubierto que no tenían permiso, han cambiado su versión y dicen que sólo matan el cerdo como espectáculo, pero que los productos proceden de una carnicería'.

Según la normativa de la Comunidad, la venta de los productos resultantes de las matanzas está prohibida y sólo se puede destinar a consumo familiar. Por ello, Ronda mantiene que lo que el restaurante ofrece a su clientes es una gran fiesta, y no el acto de matar al animal. A las doce de la mañana instalan en la calle mesas corridas con chorizos, sangre frita con torreznos y cebolla, entre otros platos. A las dos se abre el comedor, y se degusta una copiosa comida.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_