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El vertido de mercurio en el Ebro superó siete veces el nivel permitido

Los análisis realizados por el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat catalana confirman que los 4.000 peces que aparecieron muertos el 25 de diciembre en el río Ebro a la altura de las dos centrales nucleares de Ascó (Ribera d'Ebre) padecieron una intoxicación aguda de mercurio, entre otros productos, como derivados del cloro e hidrocarburos. Los resultados de las muestras tomadas en el agua del río dos días después de la mortandad determinan la presencia de 7,7 microgramos de mercurio por litro de agua, más de siete veces por encima del nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el agua de boca y para vertidos de residuos.

Con estos resultados, la decisión de Medio Ambiente de abrir un expediente a la empresa Ercros, una de cuyas instalaciones, la situada en Flix, se apunta como la presunta responsable del vertido ilegal, recibe un espaldarazo. Además, ayer se produjo un radical cambio de rumbo por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), organismo de la Administración central de quien depende el control de las aguas del Ebro. La CHE abrió un expediente sancionador a Ercros. Hasta ayer, este organismo sostenía que los 4.000 peces murieron a causa del choque térmico producido al pasar de los seis grados de temperatura que tenía el agua del río aquel día a una zona, la de la salida del agua de refrigeración de las dos centrales atómicas de Ascó, que tenía 24 grados.

Ercros negó ayer de nuevo que existiera constancia de un vertido desde sus instalaciones.

Los resultados de los análisis de Medio Ambiente relacionan la mortandad de peces de diferentes tallas y especie con la contaminación del agua de boca de 40 municipios de Tarragona que se abastecen del minitrasvase del Ebro.

Según explicó Francesc Padrós, del Servicio de Diagnóstico Patológico de Peces de la Facultad de Veterinaria, que asesoró a la Agencia Catalana del Agua, los niveles de mercurio hallados fueron determinantes por sí solos para acabar con la vida de los peces. Un análisis realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas determinó además la presencia de derivados de cloro e hidrocarburos. Padrós añadió que recomendó a la ACA que, en el futuro, se realice un seguimiento minucioso de la evolución del mercurio en el río y en los peces.

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