Las rebajas estrenan moneda
Las tiendas comenzaron ayer la última campaña de descuentos en que podrán usarse pesetas
¿En qué va a pagar, en euros o en pesetas? La pregunta se pronunció ayer repetidamente en los comercios que pusieron en marcha las rebajas de invierno en cuatro comunidades autónomas, las primeras que los españoles podrán pagar en euros y las últimas en pesetas.
Desde primeras horas de la mañana el centro de Madrid -comunidad que junto a Aragón, Extremadura y Castilla-La Mancha inició las rebajas- se convirtió en un incesante flujo de compradores a la caza de cualquier oferta especial o descuento que asomara en las vitrinas de los comercios.
Pese a que el pistoletazo de salida de la temporada de descuentos comenzó oficialmente, al menos en la capital fueron pocas las tiendas que se lanzaron a la euro-rebaja. Algunas grandes plataformas comerciales así como varias cadenas de venta de ropa y calzado, aplazan el comienzo del ritual hasta después de la Fiesta de los Reyes Magos para aprovechar el aluvión de compras de juguetes y regalos con los precios oficiales. 'Tenemos mucho tiempo todavía y queremos esperar a que pase el día de Reyes', confirmó el propietario de un local de la calle de Fuencarral. Durante las rebajas del pasado año se movieron 200.000 millones de pesetas en compras, según datos de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU).
Algunas de las tiendas que abrieron su periodo de rebajas exhibían los productos con doble etiquetado: ambos precios, -el antiguo y el nuevo-, tanto en pesetas como en euros, lo que, al final, producía cierta confusión entre los consumidores.
'Yo no entiendo nada. En una sola etiqueta tienes cuatro precios y se te arma un follón tremendo', comentó Marina, una joven madrileña de 24 años que salió de su casa con la idea de comprar un jersey que semanas atrás le costaba casi 5.000 pesetas. La misma prenda cuesta ahora 18 euros, (2.995 pesetas).
En una pequeña tienda de ropa de la calle de Preciados las vendedoras no ocultaban la desesperación que les producía el cambio a la nueva moneda. 'Ya tenemos puestos los carteles de rebajas, pero no hemos colocado todas las etiquetas, así que esto es un lío. Supongo que a lo largo del día lo solucionaremos', comentó una dependienta.
Con rebajas o sin ellas, una marabunta se apoderó de los comercios en busca de las primeras compras del año. La mayoría pagó en pesetas, si bien un alto porcentaje recibió siempre las vueltas en euros. 'Me acaban de dar el cambio y no me entero de nada. Esto es un auténtico rollo', comentó una compradora.
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