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El Rey y Aznar recogen el relevo europeo en Bruselas

El jefe de Gobierno español afirma en Bruselas que el euro simboliza la fuerza de la Unión

Los reyes de España y Bélgica y los jefes de Gobierno de ambos países, acompañados de sus ministros de Exteriores y Economía y del presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, protagonizaron ayer el solemne acto de relevo de la presidencia de la Unión Europea, que corresponde a España a partir de esta medianoche, y de introducción del euro. En un tono netamente europeísta, el presidente español, José María Aznar, apostó por un papel protagonista de la Unión en el mundo y abogó por la necesidad de ser 'ambiciosos' en el camino de la construcción europea. 'En el euro tenemos nuestra mejor arma de futuro', señaló Aznar, para añadir: 'Es el símbolo de la fuerza de nuestra unión; es la semilla del liderazgo que queremos para la UE en el mundo'.

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'El futuro pertenece al euro', había proclamado unos minutos antes el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, quien señaló que la llegada a los ciudadanos de la divisa europea, 'la moneda más respetada después del dólar', supone la creación de la tercera zona monetaria más importante del mundo después de China e India.

El presidente español aprovechó su discurso para remarcar los cuatro puntos en los que, en su opinión, la UE debe centrar sus esfuerzos para seguir avanzando. 'Suena hoy, una vez más', dijo, 'la hora de ser ambiciosos', sobre todo en cuatro puntos: perfeccionar el mercado único; acometer nuevas reformas para que la Unión sea 'el área más dinámica, competitiva y abierta de todo el orbe en el siglo XXI'; fortalecer la cooperación judicial 'para que nuestros ciudadanos se sientan más libres y seguros', y preparar el camino de la ampliación para que 'Europa se reencuentre a sí misma en la gran operación histórica de su reunificación'.

La española 'será una presidencia con un gran objetivo: más Europa', enfatizó Aznar al recordar el lema de este semestre español. 'Más Europa para los ciudadanos; más Europa en el mundo y más Europa en torno al euro', concluyó.

Verhofstadt, uno de los líderes europeos que tiene una de las concepciones más federalistas sobre el futuro de la Unión, prefirió centrar sus palabras en el paso histórico al euro para poner de relieve que, al igual que la peseta y el franco se introdujeron hace 166 y 170 años, respectivamente, para reforzar la creación de un mercado y una economía nacionales, 'el impulso que preside la introducción del euro es exactamente el mismo, con la única diferencia de que dicha introducción no se produce a escala nacional, sino a escala europea'.

El primer ministro belga afirmó que las 12 monedas europeas que desaparecerán en los próximos meses han servido para crear mayor prosperidad, pero prefirió lanzar un mensaje hacia el futuro partiendo de que los europeos 'ya han aceptado sin reservas la nueva moneda', como lo demuestra, comentó, el entusiasmo con el que se han vendido los monederos de euros estos 15 días pasados.

Fase constitucional

Prodi sí optó por referirse más concretamente al proyecto político europeo al recordar que, hace sólo dos semanas, los líderes europeos reunidos en Laeken (Bruselas) marcaron ya la dirección en la que debe marchar la UE: 'Una Europa aún más democrática, una Europa más abierta, una Europa con la que nuestros ciudadanos puedan identificarse mejor'. 'Laeken', aseguró, 'ha abierto una nueva fase, una fase constitucional en la construcción de Europa'.

Para el inmediato futuro, el presidente de la Comisión recordó a España que las complejas negociaciones para la 'irreversible' ampliación de la UE al centro y este de Europa entran ahora en una fase crítica, por lo que la presidencia española de la Unión en este próximo semestre tiene que asumir 'un papel primordial'. De hecho, a España le corresponde negociar los capítulos más complicados de esa ampliación en plenas elecciones en Francia y Portugal, lo que dificultará aún más alcanzar pactos entre los Quince. Consciente de tales dificultades, Prodi prometió 'la más estrecha colaboración institucional' a España.

Al acto del relevo entre las dos presidencias de la UE, celebrado en un suntuoso salón del palacio mientras en el exterior nevaba en medio de unas gélidas temperaturas, asistieron también el príncipe Felipe de Bélgica o el comisario de Asuntos Monetarios, el español Pedro Solbes.

ASSOCIATED PRESS
El presidente José María Aznar recibe de su homólogo belga, Guy Verhofstadt, la bandera de la UE.
El presidente José María Aznar recibe de su homólogo belga, Guy Verhofstadt, la bandera de la UE.EFE

España toma el relevo europeo

La presidencia belga de la UE preparó el acto de ayer de forma que el momento más álgido del mismo coincidiera con las 14.38 horas de la jornada, el momento exacto en el que faltarían 2.002 minutos para el comienzo del año 2002. En ese momento, y a través de una gran pantalla, se inició la cuenta atrás del comienzo de la presidencia española y de la puesta oficial en circulación de la moneda única europea.

El relevo entre ambas presidencias se escenificó 35 minutos después, cuando el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, entregó al jefe del Ejecutivo español, José María Aznar, una gran bandera europea para después fundirse en un abrazo. Acto seguido, y en el lugar reservado a las banderas europea, belga y española, ésta fue colocada en el segundo lugar de preeminencia, por delante de la belga.

El acto se había iniciado poco después de las dos de la tarde, con las evoluciones de tres jóvenes del Circo en Movimiento de la escuela flameNca de Lovaina. Después intervino la coral Les Pastoureaux, que también fue la encargada de cerrar la ceremonia cantando el Himno de la alegría.

Entre los discursos, dos de ellos corrieron a cargo de una joven española y un muchacho belga. La primera, Gabriela Fábregas, hija del embajador español en Bruselas y nacida en la capital belga hace 15 años, reclamó que en los colegios europeos se incluyan clases sobre qué es la UE, cómo funciona y cómo será en el futuro. 'Queremos más Europa', dijo al final.

El representante belga, Piet Willems, animó a los jóvenes españoles a que, durante este semestre, compartan con los belgas 'el entusiasmo en contribuir juntos a formar la Europa del futuro'.

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