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Los españoles consumirán 1.500 toneladas de uva embolsada del Vinalopó para celebrar el nuevo año

El rito de las campanadas y las correspondientes doce uvas para celebrar la entrada del nuevo año llevará a los españoles a consumir la noche del 31 de diciembre alrededor de 1.500 toneladas de uva embolsada del Vinalopó, según estimaciones del Consejo Regulador de la Denominación de Origen. Pese a que el temporal de lluvia y frío que ha azotado la Comunidad Valenciana durante el pasado otoño dañó buena parte de la cosecha, fuentes del Consejo Regulador aseguraron que la producción ha permitido, no obstante, atender a la totalidad de la demanda del mercado nacional.

El microclima del que gozan las poblaciones productoras de la comarca alicantina del Vinalopó y la aplicación de un sistema de maduración tardía permite la obtención de esta uva que, por ser característica de la época otoñal, la convierten en un producto único en el mundo.

La Unión Europea (UE) ha reconocido su calidad con el sello de la Denominación de Origen Protegida, por el exhaustivo control de calidad al que se somete y que abarca todo el proceso, desde la recolección hasta el empaquetado. La zona del Valle del Vinalopó suministra el 80% del total de uva que se consume durante la Nochevieja, y el 20% restante procede de los cultivos de los campos de Murcia y de Italia, aseguran fuentes del Consejo. El 65% de la producción de uva de aledo -variedad más tardía-, del Vinalopó se exporta. Los principales mercados extranjeros son Italia, Alemania y Francia.

El origen de esta tradición centenaria es incierto, aunque la tradición popular apunta al año 1909 como el inicio del rito más popular de Nochevieja, cuando los viticultores alicantinos obtuvieron una excelente cosecha y lo festejaron con el consumo de uva. Otros historiadores consideran que esta tradición pervive durante siglos, desde que el pueblo hebreo demostraba su hospitalidad hacia sus invitados mediante la invitación de tantas piezas de fruta como horas habían estado juntos. Los portugueses son los que practican una costumbre más parecida a la española, aunque en su caso las uvas que degustan son pasas.

La ingesta de uva de mesa embolsada del Vinalopó con motivo de la noche de fin de año se mantiene estable desde hace una década, según fuentes del órgano. Alrededor de 3.500 familias de las poblaciones alicantinas de Agost, Aspe, Hondón de los Nieves, Hondón de los Frailes, Monforte del Cid, Novelda y La Romana se dedican al cultivo artesanal de este producto.

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