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Berlín negocia la compra de la colección Marzona

Una muestra de este arte conceptual se expone en el centro Hamburger Bahnhof

Los museos públicos de Berlín se disponen a adquirir buena parte de la colección Marzona, una de las más importantes del llamado arte ABC: arte conceptual, land art, arte minimalista y arte povera. Mientras se reúne el dinero (6,1 millones de euros) y se cierra la negociación, el centro de arte contemporáneo Hamburger Bahnhof exhibe en la capital alemana un centenar de las obras coleccionadas por el editor italo-germano Egidio Marzona, realizadas por 41 artistas internacionales.

Los museos públicos de Berlín tienen previsto adquirir, por 6,1 millones de euros -un tercio de su valor real-, unas trescientas de las casi mil obras que componen la colección Marzona. La selección de los objetos y las pinturas a comprar, durante los próximos meses, correrá por cuenta del Hamburger Bahnhof. Las demás obras serán dadas en préstamo por el coleccionista, que además regalará la totalidad de su archivo a la capital alemana.

La citada colección es una de las más importantes a nivel mundial del llamado arte ABC -arte conceptual, land art, arte minimalista y arte povera-, y los museos públicos de Berlín quieren adquirir una parte de ella al editor y coleccionista Egidio Marzona. Mientras se cierra la negociación, el museo de arte contemporáneo Hamburger Bahnhof exhibe 100 de estos trabajos elaborados por 41 artistas internacionales. La muestra permanecerá abierta hasta el 24 de febrero de 2002.

La inteligencia con la que Marzona, nacido en 1944 en la ciudad alemana de Bielefeld, fue seleccionando las piezas de su colección se pone en evidencia en la gran diversidad de temas, formas y materiales presentes en los trabajos de artistas como Richard Serra, Lawrence Weiner, Mario Merz o Sol LeWitt. Piedra, madera, metal, papel y neón forman diseños geométricos o sirven de base para desarrollar, incluso, temas matemáticos.

Egidio Marzona comenzó a interesarse por el arte conceptual a finales de los años sesenta a raíz de su amistad con Konrad Fischer, uno de los galeristas alemanes más importantes posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Sus orígenes italianos le hicieron especialmente sensible al arte povera de ese país, núcleo de su colección. Marzona empezó a coleccionar también objetos que, con el paso de los años, se convertirían en uno de los archivos más representativos de arte conceptual, con catálogos e impresos. Con sus cerca de 50.000 piezas, ésta es una documentación esencial en el estudio del arte contemporáneo. Tras más de treinta años, la colección y el archivo han adquirido tal tamaño que ya es difícil mantenerlos en manos privadas. Fue el mismo Marzona quien eligió Berlín como destinatario de su colección, alegando que la capital alemana 'ha adquirido una gran relevancia artística'.

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