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Los peronistas respaldan la nueva moneda argentina con los bienes del Estado

Rodríguez Saá: 'Los edificios del Congreso, la Casa Rosada y las embajadas serán la garantía'

Rodeado de los máximos dirigentes del sindicato peronista, los mismos que en los últimos dos años convocaron siete huelgas generales contra el anterior Gobierno, y de una enfervorizada militancia sindical, el nuevo presidente, Adolfo Rodríguez Saá, anunció ayer la creación de la tercera moneda, el argentino, que será respaldada por todos los bienes inmuebles del Estado. 'Los edificios del Congreso, la Casa Rosada, todas nuestras embajadas en el mundo, serán la garantía de la nueva moneda', dijo. Precisó también que la Casa de la Moneda tiene dificultades para imprimir los nuevos papeles.

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En el mejor estilo populista de los viejos caudillos peronistas habló de un 'fantástico plan', que ya ha creado 127.000 empleos 'en todo el territorio nacional', y anunció que en breve un millón de familias recibirán 'el salario de emergencia' de 200 pesos mensuales. Fue un mitin en toda regla, al término del cual el presidente cantó la marcha peronista junto a todos los asistentes, dio vivas a Perón y a los mártires y profirió consignas como 'creo en la pasión revolucionaria de María Eva Duarte de Perón'.

La vieja guardia de la Confederación General del Trabajo (CGT) acudió al completo para escuchar 'al compañero presidente', quien desde que asumió el poder ha reiterado que una nueva generación se abre paso en la política argentina.

Rodríguez Saá anunció también el envío al Congreso de una ley de urgencia que establece un tope de 2.300 pesos a las jubilaciones de privilegio y el fin del recorte salarial del 13% para pensionistas y empleados públicos que aprobó el Gobierno de Fernando de la Rúa para alcanzar el déficit cero. 'Estamos en el inicio de la transformación. No son horas de palabras, son horas de hechos. Mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar. Hemos lanzado un plan que parece increíble ante la impotencia del anterior Gobierno'.

De momento, nadie conoce qué números ha hecho el nuevo presidente ni de dónde saldrán los fondos para financiar un plan, cuando el crédito exterior está cerrado a cal y canto después de la suspensión de pagos de la deuda. Rodolfo Daer y Hugo Moyano, los líderes de las dos CGT calificaron la jornada de 'histórica' al recibir después de muchos años 'a un presidente peronista en esta casa de los trabajadores'. Moyano, dirigente de los camioneros, no tuvo reparos en afirmar que habían conseguido desalojar a un Gobierno que representaba 'el pensamiento único' y anunció la victoria sobre el neoliberalismo. 'Señor presidente, el movimiento obrero está a su disposición', concluyó.

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La tercera moneda que se dispone a poner en circulación el nuevo Gobierno flotará ante el peso y el dólar, que cotizan uno a uno en virtud de la ley de convertibilidad. La flotación pronostica un papel devaluado desde su entrada en vigor el mes próximo. El flamante presidente del Banco Nación (banco de crédito propiedad del Estado), David Expósito, uno de los ideólogos de la nueva moneda, estima en 15.000 millones el monto de la emisión inicial de argentinos, que se hará efectiva mediante un decreto presidencial de necesidad y urgencia.

El argentino será una moneda 'de carácter inconvertible' que debe reemplazar a todos los bonos que están en circulación en distintas provincias del país. En un extenso artículo que firmó ayer en el diario Ámbito financiero, Expósito señala que la contrapartida a la tercera moneda será un bono de deuda interna llamado Bonex, que tendrá vencimiento entre 2011 y 2015 (3.000 millones anuales). Con la moneda nueva, el Gobierno de Rodríguez Saá tendrá que elaborar el presupuesto para 2002 todavía pendiente, que, según Expósito, contemplará un déficit inicial de 12.000 millones, ya que las previsiones de recaudación de impuestos para todo el año se sitúan en 3.000 millones. Los ingresos en las arcas públicas han caído un 23% en diciembre, según el secretario de Hacienda, Rodolfo Frigeri.

El gasto público

El gasto público en papeles nuevos se distribuirá de la siguiente manera: 200 millones de argentinos mensuales, producto del millón de nuevos empleos para desocupados de 200 argentinos cada uno. En realidad, más que puestos de trabajo son planes sociales para retribuir actividades que no requieren inversión o apenas lo requieren. Otros 200 millones de argentinos al mes se destinarán a un plan de 120.000 viviendas con materiales de construcción nacionales. El objetivo del Gobierno es que todos los pagos del Estado y de los gobiernos provinciales y municipales se efectúen en una proporción aproximada del 70% en pesos y el 30% en la nueva moneda. El sistema financiero comenzará a colectar depósitos en argentinos en cuenta corriente, caja de ahorro y plazo fijo, con un tipo de interés no superior al 10% para lograr un rápido crecimiento de créditos en argentinos.

Los bancos mantendrán hasta la semana próxima reducidas al mínimo sus actividades, de las que se excluyen el cambio de divisas y las transferencias. El nerviosismo de los ciudadanos, que hacen largas colas ante las entidades de crédito, subió de tono en los jubilados de la provincia de Buenos Aires, que se encontraron con la desagradable sorpresa de que el Gobierno de Carlos Ruckauf (peronista) postergó hasta nuevo aviso el pago de los haberes. Sólo 40.000 jubilados de los 200.000 beneficiarios de la provincia de Buenos Aires han cobrado por entero sus haberes. El resto ha percibido una parte en patacones (bonos provinciales).

Adolfo Rodríguez Saá (en el centro) interviene en la sede de la Confederación General del Trabajo.
Adolfo Rodríguez Saá (en el centro) interviene en la sede de la Confederación General del Trabajo.REUTERS

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