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La psicosis de la peste porcina se extiende por toda Cataluña

Fuentes del sector apuntan a que no se extinguió el foco del pasado verano en Lleida

Sin noticias del origen del brote de peste porcina de Osona y con el temor de que pueda extenderse desde esta comarca al resto de Cataluña, la Generalitat ordenó ayer el sacrificio de más de 5.800 cerdos en granjas de las comarcas del Urgell, Alt Empordà, Gironès y Pla de l'Estany.

Aunque los técnicos del Departamento de Agricultura aseguraron que este masivo sacrificio sólo era preventivo y certificaron que los animales estaban sanos, el sector ganadero teme que la matanza sea el preludio de nuevos brotes de peste. Los cerdos sacrificados ayer procedían de la granja El Raurell de Folgueroles (o habían estado en contacto con animales de ella), una de las tres explotaciones de Osona donde la semana pasada se detectó la epidemia y desde la que se distribuyeron 2.380 cerdos a siete explotaciones con posterioridad al pasado 1 de octubre.

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Inmovilizados 86.500 cerdos en 20 comarcas de Cataluña

La psicosis en el sector ganadero creció ayer todavía más al quedar inmovilizados en explotaciones de Cataluña 86.000 cerdos procedentes de Osona. Esta comarca es, con el Segrià, un auténtico centro de distribución de cerdos vivos a toda Cataluña y parte del resto de Europa.

A través del Eix Transversal, miles de cerdos circulan cada día desde Girona hasta Lleida pasando por Vic y Manresa. También existe un gran tráfico internacional, con origen y destino en Holanda y Alemania, los grandes productores europeos de lechones para engorde. Este importante tráfico de cerdos hace temer a los ganaderos que la peste pueda burlar los controles y afecte nuevas granjas incluso fuera de la actual zona de vigilancia de la zona de Vic.

Pero lo que ahora todos se preguntan es de dónde llegó la peste. Una de las teorías que se barajan es la posibilidad que el brote de peste que se declaró en Lleida el pasado mes de junio y que la Comisión Europea declaró oficialmente erradicado el pasado 15 de noviembre, continuara latente en alguna granja y que ahora haya rebrotado y se haya extendido. Avala esta teoría el hecho de que muchas de las granjas de la zona afectada en Calldetenes y Folgueroles tienen contactos con explotaciones de Lleida y que la peste porcina es una enfermedad que tiene un periodo de incubación de unas tres semanas, el tiempo que se ha tardado entre permitir el libre transporte de cerdos y la reaparición de la enfermedad.

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Sin embargo, la Generalitat apunta a los ganaderos y especialmente a los mataderos de Osona. En esta comarca, que tiene una cabaña de casi un millón y medio de cabezas de ganado porcino, se sacrifican a diario entre 15.000 y 20.000 cerdos. Los dos principales mataderos se encuentran dentro de la zona de vigilancia establecida por el brote de peste y entre ambos sacrifican más de 10.000 animales diarios. El tráfico de camiones es constante y los ganaderos temen que los vehículos no hayan sido suficientemente desinfectados cuando salen del matadero. Fuentes del Departamento de Agricultura explicaron ayer que está controlándose 'muy de cerca' el matadero Porc Gourmet, de Santa Eugènia de Berga (Osona), puesto que pertenece a un grupo empresarial aragonés que realizó actuaciones 'sospechosas' durante el brote de peste porcina del pasado verano en Lleida.

Precisamente, el decano del Colegio de Veterinarios de Cataluña, Francesc Monné, alertó ayer del foco de riesgo que suponen los mataderos en la propagación de la epidemia porque tienen contacto con cerdos de diversas explotaciones. Monné pidió más medidas de desinfección en estas instalaciones para evitar que la peste se extienda a través de los camiones y de las personas porque 'este virus es de difícil control'.

Monné también criticó el actual sistema de producción ganadera. En su opinión, la actual concentración de ganado en granjas muy grandes y muy cercanas entre sí no es sostenible a largo plazo por la facilidad con que pueden transmitirse las enfermedades. Tampoco auguró un buen futuro para las denominadas 'granjas industriales', ya que en ocasiones carecen de sistemas de control suficientemente buenos para evitar la peste porcina y otras enfermedades.

Por su parte, informa Lluís Visa, el responsable del porcino del sindicato Uniò de Pagesos (UP), Josep Puigpelat, aprobó ayer las medidas que está aplicando Agricultura desde el pasado lunes para impedir que se extienda la epidemia al resto de la cabaña catalana de porcino y reclamó también que se exija a las industrias cárnicas el cumplimiento estricto de todas las normas de bioseguridad, especialmente las que se refieren a la desinfección de los camiones utilizados para el transporte de ganado.

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