La fiscalía pide prudencia en el caso de la niña muerta en Utrera

'Aquí se ha hablado de agresión sexual o de violación a la menor y aún no tenemos ningún dato para afirmarlo', dijo ayer Alfredo Flores, fiscal jefe de la Audiencia de Sevilla sobre las supuestas señales halladas en el cadáver de la niña de 21 meses encontrada muerta el pasado sábado en la piscina de su casa en Utrera (Sevilla). Flores aseguró que quedan por determinar las circunstancias y que la autopsia y el informe de toxicología 'serán claves'. La juez María del Carmen López esperaba ayer ambos informes.

Pese a la prudencia solicitada por el fiscal jefe, el padre de la menor, José Luis Bocanegra, volvió a relatar ayer la conversación que mantuvo con un miembro de la policía judicial en el cuartel de la Guardia Civil de Utrera la misma tarde del sábado en la que aquél le informó 'de la violación que había sufrido la niña' y de que, en la primera inspección de la forense, se había detectado 'que la pequeña tenía el ano desgarrado'.

Según explicó ayer un profesor de medicina legal, sería posible que, si la niña hubiese muerto accidentalmente por ahogamiento en la piscina, el cadáver presentase 'relajación de orificios'; pero que, con desgarro, la hipótesis más probable es la de la agresión sexual.