La economía catalana reducirá su crecimiento al 2,3% el año que viene, la tasa más baja desde 1994
La Caixa Catalunya llama a moderar los precios para recuperar la competitividad
La economía catalana crecerá un 2,3% el año próximo. Se trata de la tasa más baja desde la etapa expansiva que inició la economía en 1994. Ésta es la previsión de la Caixa Catalunya en su informe de otoño dado a conocer ayer. El cálculo de la caja queda cuadro décimas por debajo de lo que el Gobierno catalán ha previsto en sus presupuestos para el año que viene. La principal caída de la actividad provendrá de la ralentización de la inversión, cuyo crecimiento pasará del 2,6% al 2,4%. El consumo, en cambio, sólo bajará ligeramente.
Pese a la caída del crecimiento esperada, 'no se puede hablar ni de recesión ni de brusco freno de la actividad y, más bien, se trata del inicio de una etapa de moderación que permitirá restablecer los equilibrios necesarios en la economía catalana', dice la entidad.
El menor crecimiento previsto se explica por la incertidumbre creada a raíz de los atentados del pasado 11 de septiembre, la disminución de la demanda interna a causa del debilitamiento del consumo privado y un descenso en la inversión en la construcción. El informe destaca que el consumo privado aguantará bien la caída de la actividad. La previsión es que el consumo apenas caiga una décima, del 2,6% al 2,5%.
Según Josep Oliver, el coordinador del informe, la economía catalana registra un proceso de moderación en el crecimiento que previsiblemente provocará la superación de desequilibrios importantes, generados en la etapa 1997-2000. 'Los dos desequilibrios básicos son el exceso en el incremento de los precios y el déficit exterior de la economía catalana', dijo Olivé.
El informe alerta sobre el crecimiento de los precios y señala que desde el último trimestre de 1996 hasta el último de este año Cataluña ha acumulado una inflación del 15,3% frente al 7,9% de Alemania y el 6,2% de Francia, lo que ha implicado una pérdida de competitividad.
Para recuperar estas pérdidas de competitividad, el estudio subraya que los precios deberían crecer en Cataluña por debajo del avance de Francia y Alemania durante un periodo de tiempo bastante largo.
El otro desequilibrio que ha generado el exceso de crecimiento de los años 1997-2000 ha sido el impacto sobre el sector exterior, ya que la economía catalana, tras el periodo 1993-1997 cuando se consiguieron los máximos de capacidad de financiación exterior, se debilitó notablemente.
A partir de este año, el saldo exterior ha registrado una ligera mejora en las relaciones con el resto de España y con el resto del mundo, con crecimientos de las exportaciones. El informe considera que estos desequilibrios, de no mitigarse, constituyen una 'seria amenaza para las potencialidades futuras de la economía catalana'.
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