Paul Auster recoge en un libro 180 relatos reales de oyentes radiofónicos
Amable y discreto, 'como si pasara de puntillas por la ciudad', según dijo él mismo, Paul Auster aprovechó ayer su estancia en España para presentar la edición de bolsillo de su libro A salto de mata (Anagrama; Edicions 62 en catalán) y hablar de sus próximos proyectos literarios. El escritor norteamericano, que viajará a Santiago de Compostela para recibir el Premio Arzobispo Juan de San Clemente por su libro Tomboctú -un galardón que otorgan los estudiantes de bachillerato de diversos institutos gallegos, dotado con 500.000 pesetas-, habló brevemente de la situación en que vive Estados Unidos después del 11 de septiembre: 'El atentado a las Torres Gemelas', dijo, 'fue un momento muy oscuro para Nueva York y para todo el mundo, pero ocurre que lo inesperado es la realidad del mundo, y sería peligroso, cínico y deshonesto observar el mundo sólo como algo feo: todos somos ángeles y demonios'.
Después de recordar que A salto de mata no son unas memorias sino 'un libro sobre el dinero', y que sigue viviendo las mismas luchas internas que el joven Auster, el escritor citó el título de su nueva novela -The Book of Illusions-, todavía inédita en inglés, y habló de Creí que mi padre era Dios, una antología de textos que él ha editado y aparecerá traducida en marzo de 2002. Creí que mi padre... recoge '180 historias verdaderas y asombrosas, trágicas o cómicas, que funcionan perfectamente como ficción' y que fueron escritas por los oyentes de un programa de radio. Seleccionados entre más de 5.000 envíos, 'esos textos me ayudaron a comprender que todas las vidas, sin excepción, son interesantes', afirmó Auster.