Liberados en Georgia los dos españoles secuestrados hace un año
Francisco Rodríguez y José Antonio Tremiño fueron recibidos ayer por sus esposas en Tbilisi
La pesadilla de los empresarios españoles Francisco Rodríguez y José Antonio Tremiño, que estuvieron más de un año secuestrados en Georgia, terminó ayer cuando fueron liberados y salieron del desfiladero del Pankisi, en la frontera con Chechenia. Anoche los empresarios fueron recibidos en Tbilisi por sus esposas y por dos hermanos. Está previsto que regresen a España lo antes posible, pero es probable que no puedan volar antes del martes. Antonio Rodríguez, hermano de Francisco, declaró desde la capital georgiana que tanto su hermano como Tremiño se encontraban bien.
Las familias no desean, al menos de momento, hacer declaraciones a prensa, pero naturalmente han expresado su gran alegría por el acontecimiento que esperaban desde hace exactamente 373 días.
Francisco Rodríquez y José Antonio Tremiño fueron secuestrados a punta de kaláshnikov el 30 de noviembre del año pasado, cuando en la madrugaba iban en un Mercedes al aeropuerto de Tbisili. El vehículo de los empresarios fue interceptado por un Opel, del que, según declaró después el chófer, se bajaron cuatro enmascarados que hicieron salir a los españoles y se los llevaron en el vehículo. Tres de los secuestradores iban armados con fusiles automáticos kaláshnikov; dos de ellos hablaban en georgiano, mientras que los otros dos lo hacían en un idioma caucásico que no identificó, probablemente checheno.
El Opel apareció abandonado más tarde en la carretera que conduce al desfiladero del Pankisi, zona que el Gobierno central de Tbilisi prácticamente no controla. El desfiladero del Pankisi está habitado mayormente por kistos, nombre que se da a los chechenos étnicos que pueblan esa región georgiana. A ellos se les sumaron miles de chechenos que cruzaron la frontera para escapar de la guerra. Se trata de simpatizantes de los separatistas y también de guerrilleros.
Refugio de criminales
La zona se ha convertido en refugio de criminales, que se dedican al tráfico de droga, robo de ganado y secuestros de personas. Las autoridades de Tbilisi lo único que han podido hacer es poner puestos de control en la carretera principal, pero no se han atrevido nunca a entrar en las aldeas por temor a encontrarse con una feroz resistencia armada.
Las familias han tenido que pagar un fuerte rescate por Francisco Rodríguez y José Antonio Tremiño. Los secuestrados se pusieron en contacto con Rosa, la esposa de Francisco, en varias oportunidades para exigir dinero: el 19 de enero pasado, el 20 del mismo mes y posteriormente en marzo. Rosa ha contado que la suma que pedían los secuestradores era tan exagerada, unos cinco millones de dólares (alrededores de 925 millones de pesetas), que tuvieron que cortar las negociaciones.
En agosto volvieron a llamar desde Tbilisi, y después de que el día 19 pudieran hablar con los secuestrados, una prueba de vida que exigía la familia, se llegó al acuerdo de pagar 52 millones de pesetas por la liberación de los empresarios. Poco después, las familias recibieron a través de las autoridades españolas dos fotografías -que nunca se han hecho públicas- de Francisco y José Antonio en las que aparecían con un periódico en las manos. Dos kaláshnikov apuntaban a los empresarios, que se veían demacrados y enflaquecidos.
Pago del rescate
El dinero acordado lo llevó a Georgia uno de los hermanos y lo entregó a los destinatarios, aparentemente en la zona del Pankisi. Fue entonces cuando, como ya había ocurrido anteriormente, se habló de una inminente liberación de Rodríguez y Tremiño. Sin embargo, como ya había ocurrido en ocasiones anteriores, los empresarios continuaron en manos de los delicuentes, que no cumplieron su palabra y comenzaron a exigir más dinero, concretamente otros 42 millones de pesetas.
El pasado 6 de octubre las familias comunicaron al intermediario que aceptaban pagar un segundo rescate, pero a condición de que previamente liberaran a los empresarios. Durante el año que los empresarios Rodríguez y Tremiño estuvieron secuestrados, las autoridades españolas realizaron una serie de gestiones diplomática para tratar de lograr su liberación.
El presidente georgiano, Edvard Shevardnadze, declaraba cada cierto tiempo, durante el año largo que duró el cautiverio de los empresarios, que su Gobierno estaba haciendo todas las gestiones posibles para liberar a los españoles y siempre aseguró que confiaba en que el secuestro terminara con un desenlace feliz.
Por otra parte, el nuevo ministro del Interior de Georgia, Koba Narchemashvili, declaró hace unos días que entre sus prioridades figuraba la liberación de todas las personas secuestradas en Georgia y particularmente de los dos empresarios españoles.
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