HP desafía a su primer accionista y prosigue su fusión con Compaq
Ambas empresas no renuncian a convertirse en el gran rival de IBM, pese a la familia Packard
Hewlett-Packard y Compaq ratificaron sus planes de fusión después de que la Fundación Packard, primer accionista de HP, anunciara el viernes su decidida oposición a la unión de ambas compañías, dirigida a crear el primer fabricante mundial de ordenadores personales. El rechazo de la Fundación se suma al adelantado el mes pasado por el primogénito de la familia, David, y por Walter Hewlett.
En términos de peso accionarial, alrededor del 18% de HP está contra las ambiciones de Carly Fiorina, la primera mujer en regir una de las 20 grandes de Estados Unidos, cuyo futuro en HP está ahora tan en duda como el de la propia fusión. 'Nuestro firme compromiso con la fusión nace de nuestra convicción de que proporcionará al sector liderazgo y las ganancias que nuestros accionistas esperan y nuestros empleados merecen', señaló el comunicado conjunto con el que HP y Compaq respondían el estruendoso no del primer accionista de HP a la operación.
Fiorina, llegada a la cúspide de HP en julio de 1999, dio la campanada el pasado mes de agosto al acordar la compra de Compaq por un valor entonces de 25.000 millones de dólares. Según ella, era una oportunidad de ampliar el negocio propio centrado en las impresoras con el de la fabricación de ordenadores que aportaba Compaq, lo que también permitiría ofrecer más servicios a grandes empresas. Para Compaq, la fusión suponía diversificación y cobertura de riesgos en un mercado muy competitivo. De hecho, unos meses antes, Compaq había perdido el liderazgo en beneficio de Dell.
Frialdad de Wall Street
A Wall Street no le gustó la operación, y en los tres meses que van del 31 de agosto, fecha del anuncio, al 30 de noviembre, HP perdió el 5,3% y Compaq el 17,8% de su valor bursátil. La desconfianza de Wall Street se cebó en los herederos de la sexagenaria HP, una firma de larga tradición familiar. El mes pasado, Walter Hewlett, miembro del Consejo de HP, anunció que el 6,5% de las acciones que controla su familia votarían contra la fusión. Le apoyó David Packard, el primogénito de la otra rama. La Fundación Packard, que controlan sus hermanas y otros dos directivos y es el primer accionista de la empresa, se sumó el viernes al repudio. Tras un concienzudo análisis, 'la fundación ha llegado a la conclusión de que sus intereses se verán mejor servidos si Hewlett-Packard no continúa con la transacción propuesta'.
En total, sumados los distintos paquetes en manos de las familias de los fundadores, el 18% de los accionistas están contra los planes de Fiorina. Un analista empleó una metáfora de béisbol para retratar la situación: 'Es como perder los tres primeros partidos de la serie mundial', que se disputa a siete. No es imposible, pero Fiorina lo tiene muy mal. Walter Hewlett emitió un comunicado laudatario además de asegurar que había estado tratando el asunto con otros accionistas y había encontrado 'nutrida y extendida oposición a esta transacción'. La nueva situación alteró la cotización de ambas empresas: HP ganó un 7% y Compaq perdió un 12%.
No hay fecha para la votación de los accionistas, pero los expertos creen que la desaprobación de la familia y la instantánea reacción de Wall Street congelarán los apoyos que pudiera tener Fiorina, que ya en 2000 fracasó en un intento de unir HP con la auditora y consultora PricewaterhouseCoopers.
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