El 90% de los accionistas de Compaq aprueban la fusión con Hewlett-Packard
El 90% de los accionistas de Compaq han aprobado la compra de Hewlett-Packard, en lo que tal y como se preveía fue una votación sin sobresaltos. Carly Fiorina, presidenta ejecutiva de HP y principal ideóloga de la absorción, clamó victoria y aseguró que tienen los votos suficientes para sacar adelante la adquisición, valorada en 21.000 millones de dólares (24.150 millones de euros). Es la operación más grande en la historia de la industria cibernética.
El apoyo masivo de los propietarios de Compaq implica que el único obstáculo para la fusión vuelve a estar en el tejado de Hewlett-Packard, que ayer votó sobre el proyecto. Según Walter Hewlett, hijo del co-fundador y principal oponente,
dijo que los resultados en el seno de Hewlett-Packard se encuentran tan aproximados que no concederá la victoria a Fiorina, de la que se ha convertido en furibundo enemigo, hasta que no se cuenten los votos oficialmente, lo que podría tardar un par de semanas en producirse.
Gane quien gane, la campaña de publicidad iniciada en noviembre por las dinastías Hewlett y Packard, con un 18% del accionariado, ha dado sus frutos, a juzgar por lo equilibrado de los resultados. Fuentes de la compañía aseguraron ayer que habían ganado la contienda por un margen de entre el 2 y el 3 por ciento, mientras que el bando de Hewlett calcula que ese margen sólo está en un 0,5 por ciento y que, por tanto, es necesario esperar a contar todos los votos.
Un gigante para competir con IBM
Donde no ha habido la más mínima oposición al acuerdo ha sido dentro de Compaq, a pesar de que al menos el 50% de los accionistas tenían que aprobar el acuerdo, lo que en la práctica significaba que los que no votasen se estaban oponiendo a la adquisición. Los resultados cumplen las expectativas de su presidente, Michael Capellas, quien predijo que ganarían por un "amplio margen". Capellas se convertiría en el número dos de la nueva Hewlett-Packard, un gigante informático que estaría, según Capellas y Fiorina, en una buena posición para competir con IBM, y que vendería desde ordenadores personales a impresoras o servidores.
Si finalmente se lleva a cabo, la fusión significará el final para Compaq, la compañía con sede en Houston (Texas) que fue creada por tres ingenieros que trabajaban para Texas Instruments cuando, en 1982, dibujaron en una servilleta del restaurante donde comían el diseño de un ordenador portátil de más de 12 kilogramos. La compañía creció rápidamente hasta convertirse en el principal fabricante de ordenadores personales, pero sufrió serias dificultades cuando la competencia, particularmente Dell, comenzó a restarle terreno. Estas dificultades crecieron con la adquisición de Digital Equipment, en 1998, y el posterior despido de 15.000 personas.
15.000 despidos
La compañía tiene ahora 63.000 trabajadores en todo el mundo, pero muchos de estos empleos pueden peligrar ya que Fiorina anunció que planea despedir a 15.000 empleados, y todo apunta a que el grueso de personas procederán de Compaq. Este es uno de los principales puntos de fricción entre Fiorina y Hewlett, que considera que la presidenta está violando el llamado "Estilo HP", la filosofía en la que se apoyaron Bill Hewlett y Dave Packard cuando crearon la compañía hace 63 años y que prima la confianza y la lealtad entre las partes. Además de los despidos y la filosofía de trabajo de Fiorina, Walter Hewlett y el resto de oponentes critican el pacto porque creen que la nueva empresa se volcaría demasiado en el negocio de los ordenadores personales en detrimento del de la impresión, que es el más lucrativo.
Si el pacto no saliese adelante, tanto Capellas como Fiorina abandonarían sus puestos de presidentes ejecutivos.
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