EE UU no sabe qué hacer con el estadounidense del bando talibán

El futuro de John Walker, el joven estadounidense que hasta el domingo pasado formó parte de las tropas talibanes, sigue en el aire. Cruz Roja anunció ayer que había contactado con Walker, herido en un muslo cuando participó en la sublevación de prisioneros en una cárcel militar cercana a Mazar-i-Sharif, y que había transmitido un mensaje a su familia.

El joven californiano, de 20 años, permanece detenido por fuerzas estadounidenses en un lugar no revelado de Afganistán y corre el riesgo de ser juzgado por traición, un delito que puede conllevar la pena de muerte. El presidente George W. Bush aún no ha decidido qué hacer con Walker, a quien llamó 'pobre tipo' en su entrevista con Barbara Walters.

'Por el momento, estamos tratando de verificar los hechos acerca de ese pobre tipo', explicó Bush. 'Obviamente, fue mal orientado', comentó el presidente. 'Parece que pensó que iba a luchar por una gran causa, cuando, en realidad, iba a apoyar a uno de los Gobiernos más represivos en la historia de la humanidad. Supongo que recibió la educación suficiente como para entender que un Gobierno que suprime los derechos de las mujeres, que no educa a las niñas, no es un Gobierno por el que merezca la pena morir'. 'No sé qué vamos a hacer con él, aún no lo hemos decidido', añadió.

Walker, convertido a la religión musulmana a los 16 años, declaró tras su detención que 'llevaba en el corazón' la causa de los talibanes. El joven viajó desde Pakistán, donde estudiaba teología islámica, a Afganistán a principios del pasado verano, antes del 11 de septiembre, y se integró en una de las unidades de Al Qaeda, bajo la dirección de Osama Bin Laden.

El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, precisó que lo único claro era que John Walker no sería sometido a un tribunal militar si se confirmaba que mantenía la ciudadanía estadounidense. 'Por lo demás, todas las opciones están abiertas. Primero tendrá que recuperarse de sus heridas, y luego veremos', comentó Rumsfeld.