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Estados Unidos vuelve a prohibir la entrada de cítricos una hora después de suprimir el veto

Zaplana y Llin mantienen una reunión para intentar frenar la crisis de las clementinas

Estados Unidos volvió a vetar a última hora de la tarde de ayer la entrada de clementinas españolas, una hora después de comunicar oficialmente a las autoridades españolas la reanudación de las importaciones. Según un portavoz del departamento de Agricultura norteamericano, la decisión se tomó al encontrarse en el estado de Luisiana una larva viva sospechosa de ser mosca del Mediterráneo en un cargamento de clementinas de supuesto origen español. El sector se movilizó ante la noticia. El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, y la consejera de Agricultura, María Ángeles Ramón-Llin mantuvieron a última hora de la tarde de ayer una reunión de urgencia para analizar el alcance de la crisis.

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La satisfacción expresada ayer por el sector citrícola y las autoridades valencianas y españolas tras la decisión de Estados Unidos de permitir la reanudación de forma inmediata de las importaciones de clementinas españolas, bloqueadas desde el viernes cautelarmente, se convirtió en una fuerte preocupación ante la nueva decisión. Entre ambas medidas sólo medió una hora de diferencia y mientras la embajada española realizaba gestiones para averiguar la causa exacta del nuevo veto, el sector citrícola se movilizaba para encontrar respuestas. Las noticias procedentes de EE UU eran escasas y confusas. El departamento agrario norteamericano explicó que como consecuencia de la intensificación de las medidas de inspección en la fruta llegada a EE UU se detectó en el estado de Luisiana una larva viva sospechosa por partida doble, de ser mosca del Mediterráneo y de tener origen español. Presunciones que desataron las críticas del secretario de la Unió de Llauradors, Joan Brusca, que rechazó una decisión que se tomó antes de confirmar todos estos supuestos. Para Brusca, la actitud norteamericana 'suena cada vez más a boicot y montaje'. AVA calificó la decisión de 'incomprensible' y criticó la falta de seriedad estadounidense. La medida llegó mientras las clementinas cargadas en los barcos en puertos americanos empezaban a descargarse.

El sector citrícola se movilizó a última hora de la tarde para confirmar primero y averiguar detalles después de la nueva situación a la que se enfrenta. Zaplana y Ramón-Llin mantuvieron una reunión de urgencia y retomaron las gestiones realizadas dos días antes. Este periódico intentó ayer sin éxito completar la información en el departamento agrario de Estados Unidos.

Tras conocerse la noticia el sector se mostró muy crítico y preocupado. Políticos y citricultores temen el efecto dominó que la prohibición estadounidense puede tener en la comercialización de cítricos en otros mercados. Además, según explicó el vicepresidente de Intercitrus, Octavio Ramón, un posible cierre de fronteras acarrearía pérdidas millonarias. De hecho, sólo la mercancía que ya está de camino a Estados Unidos tiene un valor de 8.000 millones de pesetas. Ramón consideró la medida una 'desproporción' y con la prudencia que suponía estar a la espera de detalles y de decisiones posteriores también expresó su 'indignación'. Para el responsable citrícola esta situación parece confirmar la utilización de una 'barrera técnica' que podría provenir de una intoxicación y de la presión de los lobbys estadounidenses.

La reacción de las organizaciones agrarias fue muy crítica por lo que calificaron de falta de seriedad por parte del Gobierno norteamericano. Tanto la Unió de Llauradors como la Asociación Valenciana de Agricultores censuraron que en el transcurso de una hora se tomaran dos medidas opuestas que pueden acarrear fuertes pérdidas al sector. El secretario de la Unió, Joan Brusca, criticaba que el veto se decretara antes de confirmar la procedencia y la situación de la larva detectada y desde AVA criticaban que 'no se puede jugar así' con el sector.

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El mercado estadounidense absorbe principalmente las variedades citrícolas más tempranas. Es el cuarto país receptor de clementinas. También es un gran mercado potencial en plena expansión -en la última campaña se exportaron algo más de 83.000 toneladas y en esta se espera llegar a las 100.000-, cuyo cierre les podía provocar una sobresaturación del mercado europeo y dificultar la entrada de los cítricos a mercados potenciales como Japón y China.

La noticia cayó como un jarro de agua fría y anuló buena parte de las declaraciones y la satisfacción expresada en el transcurso del día de ayer. Uno de los aspectos más repetidos ayer fue el de las garantías que ofrecen los controles a los que se someten los cítricos que entran en el país norteamericano y que garantizan que si algún fruto contiene larvas de mosca éstas mueran por las bajas temperaturas a las que se someten.

Sin embargo, y en el contexto de esta crisis, desde el sector se insistió ayer en la necesidad de solucionar en origen el problema de la mosca del Mediterráneo. Las medidas que se destinan para combatir la mosca del Mediterráneo son insuficientes, según dijo ayer Intercitrus. Agricultura dispone para 2002 de un presupuesto de 350 millones de pesetas para combatir la mosca, la misma cantidad que este año. El sector citrícola aporta cada año 200.000 millones de pesetas a la producción agraria valenciana (un 45%). Por eso, ha pedido a Agricultura un estudio que plantee medidas para reducir una plaga que es 'el principal problema del sector citrícola', según aseguraba ayer la Unió de Llauradors. Las tiras con feromonas y el tratamiento con Malatión (eficaz cuando bajan las temperaturas y no llueve) se completarán con la lucha biológica de la plaga mediante la esterilización de machos de mosca, una medida que aplican con éxito Estados Unidos e Israel. Agricultura realizará en febrero una suelta de machos estériles en 10.000 hectáreas del Pla de Cabanes (Castellón) como experiencia piloto. La Unió recordó ayer que generalizar esta medida a todo el campo valenciano costaría alrededor de 6.000 millones de pesetas, además de la instalación de un cordón sanitario que incluyera a las autonomías vecinas y que evitara una nueva infección de mosca. 'O se toman medidas, o cada año tendremos la misma', apostilló ayer la Unió.

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