_
_
_
_
Reportaje:

Un liberal entre aranceles

La patronal Fomento rendirá homenaje al ministro Laureà Figuerola, el librecambista que creó la peseta

En ocasiones, hay que morir dos veces para ser reconocido. El ministro de Hacienda Laureà Figuerola, que fue librecambista cuando pocos lo eran y creó la peseta en 1868, murió en 1903 a los 87 años. Su peseta morirá el próximo 28 de febrero para dejar paso al euro. Figuerola chocó con los proteccionistas de la patronal Fomento del Trabajo. Ahora la patronal que durante décadas encarnó el proteccionismo económico le rinde un acto de desagravio en su propia sede barcelonesa el próximo día 13.

La patronal abre sus puertas al creador de la peseta en un acto hilvanado por el catedrático de Política Económica Josep Jané Solà, que ha elaborado un broche final lleno de bonitas complicidades. Éstas son algunas: el presidente del comité de honor del republicano que fue Figuerola es el rey Juan Carlos. Y el acto que cierra los homenajes al librecambista Figuerola se realizará en la sede de la patronal que defendió con tesón el proteccionismo. Otra curiosidad: un catalán creó la peseta y otro catalán, Eugenio Domingo Solans, es el encargado de poner en circulación el euro desde su cargo de consejero ejecutivo del Banco Central Europeo, aunque Solans no estará presente en el acto de Fomento.

Figuerola combatió duramente a la patronal encastillada en el proteccionismo económico

Figuerola nació en Calaf en 1816. Abogado y catedrático de Política Económica, le tocó nadar contra corriente entre monárquicos y defensores de los aranceles que protegían la industria de la competencia exterior. Se trasladó a Madrid en 1853 y allí se desarrolló como político y profesor hasta su muerte. Fue ministro y diputado, y presidió el Senado y el Ateneo de Madrid. Al margen de la creación de la peseta, su aportación al panorama económico fue el llamado arancel Figuerola. Como ministro de Hacienda, aprobó la reforma arancelaria de 1869, basada en el librecambismo, que preveía reducir los aranceles a un máximo del 15% en seis años, algo que enervó a la patronal catalana. Pero topó con poderosos enemigos que lograron suspender sus medidas. Los empresarios laneros, metalúrgicos y algodoneros se convirtieron en los bastiones del proteccionismo que Figuerola cuestionó.

Siglo y medio después, el anfitrión del reconocimiento del padre de la peseta será el propio presidente de la patronal, Juan Rosell. Al acto asistirán el presidente del Parlament, Joan Rigol; el alcalde de Barcelona, Joan Clos, y otras personalidades.

Para Fomento del Trabajo, Figuerola no fue un extraño. La patronal y él tuvieron relaciones de coincidencia y discrepancia en diversas etapas. El que fue secretario general de la patronal con el cambio de siglo, Guillermo Graell, relató al hacer historia de la entidad que Figuerola se puso al lado de los empresarios en 1854, cuando criticó públicamente a los trabajadores que rompieron las máquinas de hilatura por temor a perder sus empleos. Luego Figuerola combatió duramente a la patronal, encastillada en el proteccionismo económico para defender la industria autóctona.

La patronal catalana sólo inició el giro librecambista en los años sesenta, cuando se empezó a hablar de la entonces entrada imposible de España en el Mercado Común. Tampoco ayudó a este giro la larga etapa franquista, un régimen que nunca creyó en el liberalismo económico. En un libro publicado hace 10 años, los historiadores Pere Ysàs y Carme Molinero quisieron poner el dedo en la llaga sobre lo que denominaron Los empresarios de la autarquía. A propósito de los empresarios y en una fecha tan tardía como los años cuarenta del siglo pasado, los historiadores escribieron: 'El empresario estaba acostumbrado a tener un mercado absolutamente protegido donde podía vender su producción sin preocuparse por la eficiencia de la unidad productiva, poco o nada interesado en la exportación, acostumbrado a aumentar los beneficios mediante el logro de ventajas administrativas y acostumbrado a no tener que preocuparse -sólo excepcionalmente- por la conflictividad laboral'.

Figuerola se arriesgó e innovó, aunque pocos sabían entonces que había hecho cosas importantes. Ahora -y como suele ocurrir, tardíamente-, 'todo el mundo lo sabe', como dice la canción de Cohen.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_