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Blair no logra que Bush dé prioridad al proceso de paz en Oriente

La Administración estadounidense critica las relaciones de Arafat con Hezbolá y Hamás

Enric González

La alianza entre Estados Unidos y la Unión Europea chirría por Oriente Próximo. El primer ministro británico, Tony Blair, el más efectivo mediador entre Washington y las capitales europeas, instó a George W. Bush a que volcara todos sus recursos en un nuevo esfuerzo de paz entre israelíes y palestinos como única fórmula para garantizar un auténtico apoyo de los Gobiernos musulmanes a la campaña internacional contra el terrorismo. Pero Bush no se mostró receptivo. El presidente de Estados Unidos no cree que Oriente Próximo sea ahora una prioridad.

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Blair tiene una buena relación personal con Bush, mejor que la de cualquier otro dirigente europeo. El propio portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, admite que Blair ejerce 'una gran influencia' sobre las opiniones del presidente. Durante su visita a Washington, el primer ministro británico trató de utilizar su posición de privilegio para convencer a Bush, en su nombre y en el del conjunto de la UE, de que debía reactivar las conversaciones de paz.

Blair acababa de concluir una gira por Oriente Próximo y había sacado la conclusión de que avanzar en el problema de israelíes y palestinos era crucial para mantener el flanco árabe dentro de la coalición antiterrorista. Durante una cena en la Casa Blanca el miércoles por la noche, Blair explicó a Bush que los Gobiernos musulmanes se resistían a apoyar de forma clara la guerra contra el terrorismo, y que no lo harían hasta que se convencieran de que EE UU y la UE estaban dispuestos a comprometerse a fondo en la búsqueda de soluciones duraderas para el conflicto israelo-palestino.

En una conferencia de prensa, Blair moderó la posición que había expuesto previamente a Bush y se limitó a indicar que el conflicto de Oriente Próximo no debía descuidarse, sin vincular el éxito de la campaña antiterrorista a los avances en ese frente. George Bush no quiso entrar en la cuestión: 'Con paz o sin paz en Oriente Próximo', afirmó, 'pondremos a Al Qaeda en manos de los jueces'.

La asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, se encargó ayer de confirmar que Bush no pensaba adoptar ninguna iniciativa sobre Oriente Próximo. Antes del 11 de septiembre, George W. Bush y su secretario de Estado, Colin Powell, habían pensado utilizar la Asamblea General de las Naciones Unidas que comienza este fin de semana en Nueva York para tender una mano a los palestinos. Pero ése no es el plan ahora. 'No tenemos prevista ninguna reunión con Yasir Arafat', el presidente de la Autoridad Palestina, aclaró Rice, quien indicó que Bush no se sentía satisfecho con la actuación de Arafat durante las últimas semanas. 'Yasir Arafat debe detener a los terroristas y garantizar la seguridad de sus vecinos. Por ahora', aseguró, 'no está haciendo lo suficiente'.

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Según Rice, era 'inadmisible' que Arafat criticara a Al Qaeda y al mismo tiempo diera 'abrazos públicos a dirigentes de Hezbolá y Hamás'. 'Bin Laden intenta secuestrar la causa palestina y deseamos ver una posición más clara por parte de Arafat', declaró.

Tony Blair (a la izquierda) y George Bush, durante la rueda de prensa que dieron en la Casa Blanca tras su encuentro.
Tony Blair (a la izquierda) y George Bush, durante la rueda de prensa que dieron en la Casa Blanca tras su encuentro.ASSOCIATED PRESS

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