Argentina recupera el aliento tras el apoyo de los bancos al plan económico del Gobierno
Las entidades financieras poseen más del 40% de la deuda pública que se reestructura
El mercado argentino vivió ayer una segunda jornada de recuperación tras afianzarse el apoyo de los grandes bancos al nuevo plan económico del Gobierno anunciado el pasado jueves que consiste en una reestructuración de la deuda pública. Ayer se inició formalmente el canje de 60.000 millones de dólares en bonos de la deuda por otros títulos con mejores garantías, pero con una tasa de interés menor (7% de máximo). La importancia del respaldo de los bancos se debe a que éstos, junto con las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), poseen más del 40% de la totalidad de esos bonos.
El indicador que mide el riesgo del país a suspender los pagos de los intereses de la deuda descendió ayer más de 150 puntos básicos desde el máximo de los 2.500 y la Bolsa de Buenos Aires repuntaba casi un 4% a media sesión, siguiendo la tendencia alcista de la jornada anterior.
Las señales positivas comenzaron a verse tras la reunión que Cavallo mantuvo con los banqueros más importantes del país a última hora del lunes. Tras ésta, el ministro explicó los detalles del plan ante los empresarios, analistas y representantes de los principales grupos económicos. Cavallo admitió un 'cambio de rumbo' en la política económica y dijo que la decisión de proponer a los acreedores la 'reestructuración ordenada de la deuda se tomó para evitar que Argentina se estrelle'. En esta primera parte del canje, el Gobierno ofrecerá un bono 'con las garantías que el país puede dar ahora'. En un periodo de entre dos y cuatro meses, según calculó Cavallo, se hará el canje global por el total de la deuda pública.
Para convencer a los acreedores externos, el Gobierno necesita obtener los 3.000 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofreció adelantar, pero a su vez debe alcanzar antes un acuerdo con las provincias, saldar las deudas internas y pactar una nueva redistribución de los ingresos que garantice el déficit fiscal cero en el presupuesto del año 2002. El Gobierno se mantiene firme en su intención de no gastar más de que lo que recaude por impuestos.
El conflicto político, derivado del problema económico, entre el Gobierno radical y los gobernadores peronistas que administran las provincias más importantes del país y que desde el próximo 10 de diciembre, cuando asuman los nuevos diputados y senadores electos el pasado octubre, controlarán ambas cámaras del Congreso, se atascó ayer y las partes se mantienen en sus posiciones. Los gobernadores quieren dinero y no sólo bonos de cancelación de deuda atrasada. Además no quieren que se rebaje del 13% la redistribución de los ingresos, por cobro de impuestos que hace el Gobierno federal, a las provincias que ya tienen sus cuentas equilibradas, como es La Pampa.
Si a pesar de todo la estrategia resulta y el canje con los tenedores argentinos de la deuda avanza sin contratiempos, Argentina podría ahorrarse este mismo año 500 millones de dólares sobre los 2.400 millones que debía pagar entre noviembre y diciembre.
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