'Perder el tren de la biotecnología nos retrasaría durante 30 años'
El Ministerio de Sanidad y la patronal de la industria farmacéutica, Farmaindustria, firmaron el miércoles un pacto para contener el incremento del gasto público en medicamentos durante los próximos tres años. Por él, el Gobierno podrá impulsar los genéricos (fármacos sin marca, más baratos) e imponer más precios de referencia (por encima de los cuales la sanidad pública no paga la totalidad de los fármacos), pero sólo hasta cierto límite: el ahorro no podrá superar los 50.000 millones de pesetas anuales. Además, la industria aportará entre 8.000 y 17.000 millones cada año a la investigación en cáncer, cardiología y genómica. El principal negociador por parte de las empresas ha sido el presidente de Farmaindustria, Jesús Acebillo, que explica aquí sus puntos de vista sobre el acuerdo.
'Hay tanto dinero detrás de los medicamentos que fomentar su uso irracional es miope'
Pregunta. Hay dudas sobre la utilidad que el pacto pueda tener para contener el gasto farmacéutico.
Respuesta. El acuerdo va a contribuir a la sostenibilidad del sistema. Éste es el primer pacto que firmamos en un contexto en que ya se han aprobado medidas estructurales como genéricos y precios de referencia. El desarrollo de estas medidas va a costar a la industria 35.000 millones anuales. Y esto es independiente de la aportación de entre 8.000 y 17.000 millones anuales a la investigación.
P. ¿Y qué gana con eso la industria farmacéutica?
R. Que el entorno sea sostenible, y por tanto, estable. La industria farmacéutica es el paradigma de lo que se llama ciclo largo: procesos de investigación de 10 años, inversiones de 70.000 a 100.000 millones de pesetas por cada nuevo fármaco, bajas probabilidades de éxito . Una actividad así requiere un marco muy estable en cualquier país.
P. Los genéricos no superan en España el 5% del mercado. En otros países europeos, como Alemania, suponen más del 50%.
R. En esos países los precios de los medicamentos son libres. Los fármacos de marca en España están al mismo precio que los genéricos en Alemania. El diferencial de precios entre España y la media europea es del 22%. En España tenemos los mismos fármacos que en el resto de Europa a uno de los costes más bajos del continente.
P. Pero en España el peso del gasto farmacéutico en el total del presupuesto sanitario es uno de los mayores de Europa.
R. Cierto, pero eso no significa necesariamente que España gaste mucho en medicamentos. Puede querer decir que gasta poco en sanidad. De hecho, el presupuesto sanitario español es de los más bajos de la Unión Europea.
P. El acuerdo vincula las aportaciones económicas de la industria a la evolución del gasto farmacéutico público. ¿Quiere ello decir que la industria tiene en su mano el poder de reducir el gasto público, y que por ello se la penaliza si no lo reduce?
R. Yo no lo plantearía así. Esas aportaciones representan nuestro compromiso con la investigación. Lógicamente, la cuantía de esas aportaciones dependerá de cómo vayan la economía y el mercado farmacéutico.
P. Pero ¿qué interés tiene la industria en financiar investigaciones externas?
R. Es un interés lógico. España tiene ante sí el reto de capturar la revolución de la biotecnología y la genómica. Este tren va a salir en los próximos dos o tres años. Para el sector farmacéutico es esencial que España coja ese tren, porque sólo así las empresas [multinacionales] podrán desviar hacia España recursos que, de otro modo, se irían a los países que sí tienen centros de referencia competitivos en genómica y patologías de alta incidencia. Perder el tren nos dejaría en muy mala situación durante los próximos 20 o 30 años como mínimo.
P. Portugal tiene abierto un macroproceso judicial contra decenas de médicos por haber aceptado regalos de los laboratorios a cambio de recetar sus fármacos. ¿Se trata de una peculiaridad portuguesa?
R. No conozco la situación portuguesa. Nuestro objetivo es que la interacción con la clase médica sea lo más transparente posible. Hay tanto dinero detrás de los medicamentos que fomentar su uso irracional es miope, porque incrementa exponencialmente sus efectos secundarios, y tiene a largo plazo consecuencias nefastas sobre el propio laboratorio.
P. Algunos sectores acusan a la industria de organizar pseudoensayos clínicos que no son más que campañas de marketing.
P. Algunos investigadores básicos tienden a minimizar la relevancia de la investigación clínica, pero ésta es clave. Cuando un producto sale al mercado no lo sabemos absolutamente todo sobre él, e incluso hay usos que varían en cada país.
R. La industria dedica un tercio de sus presupuestos de I+D a la promoción de sus productos entre los médicos.
P. Todos los sectores dedican dinero a dar a conocer sus innovaciones. Además, esto garantiza que el médico esté bien informado.
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