Condenado por violación un guía turístico sevillano que lleva años en la mira de Estados Unidos
La Audiencia Nacional impone nueve años de cárcel a Manuel Blanco Vela por agresión a tres estudiantes extranjeras
![El empresario turístico Manuel Blanco Vela.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/IVE6MVENBJALDJDVBLDVZ6BP7I.jpg?auth=4bbf7230535e9700456e091912e4796fd0cc909c99b7ddf3aa56b0bd0d5294b5&width=414)
![Isabel Valdés](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0f6fc88c-b3f3-48cb-8b0a-1453b73a51ae.png?auth=946fc2966933af9323a9cc404043991d77384d88c2f7fb5593cbb8e6da68b658&width=100&height=100&smart=true)
Manuel Blanco Vela lleva años en la mira de Estados Unidos. La primera alerta de seguridad que una embajada norteamericana ha emitido con un nombre propio fue la de esa sede en España y fue contra él. EE UU había recibido tal número de denuncias por violencia sexual contra este guía turístico sevillano de ciudadanas americanas que, siguiendo el llamado principio de no double standard ―que si tienen información importante para su ciudadanía en el extranjero, tienen que compartirla―, emitió esa alerta de seguridad. Ahora, la Audiencia Nacional lo ha condenado a nueve años de cárcel por tres agresiones a tres estudiantes que estuvieron en España entre 2013 y 2017.
Son solo tres de las múltiples denuncias que le constan a Estados Unidos contra este hombre de 45 años que tenía una empresa con la que organizaba viajes por España y fuera de España para estudiantes extranjeras, y sobre el que el foco empezó a ponerse en 2018, cuando una de esas mujeres denunció; una de las tres víctimas de esta sentencia de la Audiencia Nacional. Después, el foco se amplió, en 2019, cuando EE UU emitió la alerta con su nombre después de recibir otra de esas denuncias. Fue entonces también cuando se empezó a hablar de Lauren Bajorek, una estudiante estadounidense, y de cómo su muerte en Sevilla cuatro años antes podría no haber sido accidental.
El 19 de julio de 2015, de madrugada, y justo unas horas después de celebrar su cumpleaños, cayó desde la terraza de un octavo piso en el barrio de La Juncal, en Sevilla. Estaba en casa de Manuel Blanco. Él llamó entonces a Emergencias para alertar de que alguien “se había tirado”. Hubo una investigación: se concluyó que no podía tratarse de un suicidio, pero la Policía no tuvo elementos de prueba para procesar a ese hombre ni por homicidio ni por asesinato. El juzgado de Instrucción número 14 de Sevilla decretó el archivo del caso.
Ahora, el nombre de Lauren Bajorek reaparece con esta sentencia en la que los magistrados de la Sección Primera de la Sala Penal imponen a Blanco Vela una pena de seis años de cárcel como autor de un delito de agresión sexual, con la atenuante de dilaciones indebidas, y dos penas de un año y medio de prisión por dos delitos (más leves) también de agresión sexual.
Consideran probado que, entre noviembre de 2013 y mayo de 2017, él era el responsable de la agencia de viajes Discover Excursion, con sede en Sevilla, y que, en uno de esos viajes, a Marruecos en noviembre de 2013, agredió sexualmente a una de las estudiantes en una habitación del hotel en el que se alojaban. También que, cuatro años después, en mayo de 2017, lo hizo contra otras dos estudiantes en un viaje a Portugal, y que denunciaron nada más volver a España.
En la primera de las agresiones, la que perpetró en Marruecos el 2 de noviembre de 2013, la sentencia subraya la situación de la víctima, “una joven de 19 años que se encontraba en un país ajeno, haciendo un curso, que no conocía el idioma ni las costumbres, no sabía cómo funcionaban las instituciones y, en consecuencia, no tenía otros apoyos que el de sus compañeros de estudios y los responsables escolares. No conocía al acusado, pero este se había ganado su confianza apareciendo como una persona amable y educada, que parecía protegerla a ella y al resto de compañeras, al recomendarlas por su propia seguridad que no salieran del hotel”.
“La tardanza en denunciar los hechos no resta credibilidad”
Respecto a la tardanza en denunciar los hechos, cinco años, la Audiencia es muy clara en línea con todo el conocimiento científico en este ámbito. Señala que este hecho no le resta credibilidad, pues no todas las mujeres reaccionan de la misma manera, frente a un ataque a su libertad sexual.
En este caso, apunta, la víctima cuenta de forma absolutamente coherente por qué denunció años más tarde y la explicación es que, tal y como explicó una de las psicológicas en la vista, “solo cuando es consciente de lo que le ha pasado y conoce a otras mujeres que han sido víctimas, a su juicio del mismo agresor, es cuando formula la denuncia”.
Respecto a la declaración de las compañeras de habitación de la víctima el día que sucedieron los hechos y que no refrendan su testimonio, la Sala señala que no por ello se considera que la versión de la agredida no sea veraz: “Como decimos esta falta de concordancia de las declaraciones de estos testigos con la de la víctima pueda obedecer a muy distintas razones y sin duda el lapso de tiempo transcurrido desde noviembre de 2013 hasta el momento en que declaran no facilita en absoluto su relato. Sin embargo, no consideramos que estos testimonios resten fuerza probatoria al testimonio de la víctima”.
“Sigue un idéntico patrón”
La sentencia también considera que el testimonio de esta víctima cuenta con corroboraciones periféricas, como las declaraciones de las otras víctimas, las que fueron agredidas en Portugal, y de los agentes de Policía que investigaron los hechos, porque ponen de manifiesto, sobre todo, un dato que el tribunal valora esencialmente: el “idéntico” patrón que relatan las víctimas de este procedimiento y otras con las que los agentes de policía contactan.
“Se trata, explica, de estudiantes extranjeras, norteamericanas que realizan un viaje en el que el acusado es el guía, que se gana su confianza, mostrando amabilidad, saber estar, seguridad en lo que hace, conocimiento de las ciudades, etc., y la agresión a las víctimas se produce en el último momento, el último día del viaje, para que tengan menos posibilidad de reaccionar”, se lee en la sentencia.
Y añade el fallo: “Se acerca a las mujeres, todas ellas muy jóvenes, de forma amable, les propone tomar una copa y jugar a idéntico juego para, finalmente, atentar contra su libertad sexual”.
La sentencia condena al acusado a indemnizar, tal y como solicitó la Fiscalía, con 40.000 euros a la chica que sufrió la agresión sexual en Marruecos y con 1.500 euros a cada una de las otras dos víctimas, pese a reconocer que “no es posible traducir en dinero de forma automática un perjuicio moral y que lo único que podemos llevar a cabo es una valoración de la importancia del perjuicio en atención a las circunstancias de las víctimas y trata de convertir dicha estimación en una concreta suma monetaria”.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
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