Blair busca en Siria, Arabia Saudí e Israel una solución para Oriente Próximo

Ya no hay tabúes diplomáticos para la coalición. Tony Blair, embajador volante aliado, durmió el martes en Siria, un país considerado por el Gobierno de Estados Unidos como refugio de hasta 10 organizaciones terroristas. Blair se entrevistó con el presidente Bachar el Asad, con el que sólo coincidió, al menos en público, en la importancia de resolver el conflicto de Oriente Próximo. Luego viajó a Arabia Saudí, donde hace tres semanas se le hizo ver que su presencia no era grata; y hoy tiene intenciones de entrevistarse con Ariel Sharon y Yasir Arafat. Por separado, claro.

Tras casi tres semanas sin viajar, Tony Blair ha vuelto a convertirse en la punta de lanza de la diplomacia aliada. Su viaje a Siria, Arabia Saudí, Israel y los territorios palestinos tiene como objetivo reforzar la coalición antiterrorista, pero sobre todo intentar, una vez más, dar un impulso a la paz en Oriente Próximo y tender puentes con un régimen, el sirio, muy bien conectado con el terrorismo.

Siria acoge a 10 de las 22 organizaciones terroristas catalogadas por Estados Unidos, desde la Yihad Islámica hasta Hamás, Hezbolá, el Frente Democrático para la Liberación de Palestina o el Frente Popular para la Liberación de Palestina. Este último se atribuyó el asesinato del ministro israelí Rehavam Zeevi, arruinando los intentos aliados de atemperar a Sharon en un momento tan delicado.

Viaje excepcional

La visita de Blair a Damasco se produce poco después de que The New York Times revelara que la CIA ha entablado contactos con Siria, Libia y Sudán, tres países diabolizados por sus contactos con el terrorismo. Y es tan excepcional que los servicios de prensa de Downing Street no sabían ayer si es la primera vez que un primer ministro británico visita Siria. En todo caso, es la primera vez, al menos desde 1965, hasta donde abarca su base de datos.

Probablemente se tardará mucho tiempo en saber de qué hablaron Blair y Asad. Funcionarios británicos admitieron que uno de los objetivos del viaje era entablar un diálogo con Siria sobre cómo combatir el terrorismo. En público, Blair antepuso la diplomacia -'ha sido un diálogo franco, espontáneo'-, y Asad, su visión de las cosas: 'No podemos aceptar ver cada día en la televisión cómo mueren cientos de civiles inocentes'. Y dejó claro que él diferencia entre 'terrorismo y resistencia'.

El primer ministro británicor viajó luego a Arabia Saudí, donde ya había estado en abril de 1998, pero no pudo aterrizar hace apenas tres semanas porque su presencia allí, nada más iniciarse los bombardeos sobre Afganistán, no era bienvenida. El primer ministro británico visitó al rey Fahd, que se encuentra seriamente enfermo, y luego, al hombre fuerte del país, el príncipe heredero, Abdulá bin Abdul Aziz.

Blair viajará hoy a los territorios palestinos, donde verá al presidente palestino, Yasir Arafat, y a Israel, donde está previsto que se entreviste con el primer ministro Ariel Sharon. Será la etapa más delicada del viaje, dada la tensión diplomática que enfrenta a Israel y el Reino Unido por lo que los israelíes consideran abierto apoyo británico a las posiciones palestinas.