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La Escuela Reina Sofía pone en marcha su aula virtual de música

Las clases se podrán seguir por vídeo en varios conservatorios europeos

Jesús Ruiz Mantilla

Las experiencias reales de los alumnos que están en las aulas de la Escuela de Música Reina Sofía podrán traspasar las fronteras y colarse por vídeo en varios conservatorios de España y Europa. Es uno de los objetivos de la Escuela Virtual de Música presentada ayer en Madrid. 'Nuestras aulas son una joya en las manos y no pueden seguir las clases sólo nueve alumnos', dijo Paloma O'Shea, directora de la institución, que dio a conocer ayer su nuevo proyecto, acompañada de la ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés.

Los primeros pasos se han dado ya. Pero el camino durará cuatro años y contará con una inversión de 2.000 millones de pesetas. Es lo que cuesta poner en marcha este proyecto, que es 'pionero en Europa', según Álvaro Guibert, director de la Escuela Virtual de Música, cuya plataforma lleva el nombre de Odisea +. 'Primero se ofrecerá por Intranet en la propia Escuela Reina Sofía para los alumnos; en poco tiempo, se podrán conectar varios conservatorios españoles; después, los alumnos de centros de París, Colonia, Helsinki, Londres, Fiésole en Italia y Gratz en Austria, podrán disfrutar de ello gratis', asegura Guibert. En la última fase se volcará en la Red para que particulares interesados accedan a las clases previo pago. 'Pero para eso necesitamos que esté en pleno funcionamiento la banda ancha que permitirá que las imágenes de vídeo circulen con total nitidez', afirma el director.

Paloma O'Shea vio la necesidad de levantar este proyecto, en el que se ha trabajado a fondo durante un año, cuando se dio cuenta de que los avances de la técnica permitirían acceso mayoritario a lo que sólo nueve alumnos privilegiados disfrutaban en las aulas. 'Nunca la experiencia virtual será la misma que la que da el contacto con la realidad, pero esta joya que tenemos en las manos, las clases magistrales de los grandes maestros, no éramos capaces de preservarlas', asegura la directora del centro, que cumple en este año su décimo aniversario. 'Queremos universalizar a través de estas tecnologías todo ese saber. Lo virtual no sustituye a lo real, pero es complementario'.

Lo que se va a poder seguir a través del circuito por parte de los alumnos de los diferentes conservatorios es el día a día de la escuela. Para la oferta selectiva, las clases se grabarán por un sistema digital que se ha puesto en marcha conjuntamente entre la escuela y el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Luego se analizarán, se catalogarán y serán distribuidas a través de la Red.

Así no volverá a ocurrir algo que puso en guardia para sacar adelante el proyecto a Paloma O'Shea: el hecho de que haya clases magistrales que se hayan perdido. 'Siento una pena horrible por no haber grabado alguna clase de Ludwig Streicher, nuestro profesor de contrabajo desde que se creó la escuela. Sus enseñanzas han quedado para los pocos alumnos que tuvieron la suerte de seguirlas y en el aire de las aulas, pero se han perdido para el resto, y eso no nos debe volver a ocurrir', afirma.

Los profesoresA algunos de los profesores de la escuela, músicos curtidos en pentagramas de papel que se ve y se toca, les ha costado un poco entrar en lo virtual. 'Yo diría que el 90% se ha tirado a la piscina de cabeza y que el 10% restante está mirando en el borde del agua para entrar', asegura Guibert. Pero, al final, el esfuerzo, tal y como reconocía ayer Paloma O'Shea en la presentación, ha sido fruto de 'la reunión del artista y el empresario, del arte y el comercio, del creador y del productor, y que ha hecho posible que hoy podamos ofrecer a la sociedad un novedoso instrumento de difusión de la cultura y una poderosa herramienta de ayuda a la comunicación'.

La ministra Anna Birulés felicitó ayer, durante la presentación de la escuela, a la Fundación Albéniz por el nuevo proyecto, y destacó que 'ha sabido y sabe captar la importancia del desarrollo de la sociedad de la información'. Para la ministra, la iniciativa es 'un ejemplo excelente de que el arte y las nuevas tecnologías se complementan en la puesta a disposición de contenidos educativos accesibles a todo el mundo'.

La directora de la escuela musical agregó que 'el impulso que ha hecho posible esta gran aventura empresarial proviene de la vocación tecnológica que, desde su constitución, ha caracterizado a la Fundación Albéniz'.

Paloma O'Shea y Anna Birulés.
Paloma O'Shea y Anna Birulés.LUIS MAGÁN

Diez años de enseñanza

La Escuela Virtual de Música es el proyecto estrella de un año plagado de celebraciones para la Escuela Reina Sofía. Se cumple el décimo aniversario de un centro que se ha convertido en uno de los más importantes de Europa en la enseñanza musical de élite. Por lo pronto, alrededor de 400 conciertos podrán escucharse, organizados por la Fundación Albéniz, a lo largo del curso y en diferentes escenarios. Los protagonistas de las sesiones serán grandes maestros y alumnos que interpretarán ante el público juntos piezas de riesgo. Será la prueba de que los más de 300 alumnos que han pasado por las aulas del centro en estos diez años se han convertido en músicos de provecho, gracias, entre otras cosas, a los más de 100 maestros que han compartido su experiencia musical con ellos. El último de ellos, Jesús López Cobos, que imparte unas clases magistrales a partir de hoy en el centro con sede en Pozuelo de Alarcón (Madrid).

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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