Agricultura rechaza conceder ayudas para paliar la crisis del vino

El Ministerio de Agricultura no concederá ayudas nacionales para solucionar la crisis que afecta al sector del vino y que se ha traducido en los últimos meses en unos precios bajos para la uva. El responsable del departamento, Miguel Arias Cañete, señaló la imposibilidad de conceder ayudas directas al sector. 'Antes de eso dimitiría', concluyó. En su lugar, el ministro ofreció mayores controles desde la producción al consumo para evitar fraudes. Algunos medios agrarios han anunciado movilizaciones de protesta.

El Ministerio de Agricultura, organizaciones agrarias, cooperativas, comunidades autónomasmás afectadas y los industriales han puesto en marcha reuniones técnicas para buscar soluciones a los problemas de bajos precios y excedentes existentes desde hace más de un año en el mercado del vino. Durante la última campaña, los precios del vino de mesa en origen estuvieron por debajo de las 300 pesetas hectogrado, unas 40 pesetas litro, a pesar de la entrega para la quema de 10 millones de hectolitros para su transformación en alcohol.

Con las bodegas llenas y una cosecha de unos 39 millones de hectolitros, la campaña se ha iniciado con las mismas perspectivas negativas que la anterior. Ante esta situación, el sector productor presentó un documento conjunto al Ministerio de Agricultura por el que se reclamaban ayudas nacionales, apoyos para la destilación de crisis y un mayor esfuerzo en Bruselas para lograr una regulación más favorable del mercado frente a los intereses de Italia o Francia.

Frente a estas posiciones, para superar la actual crisis en el sector y lograr una estabilidad en el futuro, el Ministerio de Agricultura ofreció diferentes medidas de control en el conjunto del sector. En primer lugar, se plantea la posibilidad de un registro público del viñedo. Con esta medida se clarificaría la situación de los viñedos para detectar las plantaciones ilegales y evitar nuevas superficies en la misma situación. Se quieren conocer igualmente los rendimientos reales por hectárea ante la posibilidad de imponer en el futuro unos rendimientos máximos para evitar la sobreproducción. Esta política de controles se extendería igualmente a las industrias envasadoras de vinos, así como a las alcoholeras que se ocupan de transformar los excedentes. El Ministerio de Agricultura rechazó la posibilidad de conceder ayudas indirectas a los productores de vino.

Administración central, comunidades autónomas y el sector productor han dejado abierto el debate sobre el desarrollo del actual Plan de Reestructuración del viñedo con ayudas comunitarias, que se aplica anualmente a unas 20.000 hectáreas.El Ministerio de Agricultura coincide con el sector en la necesidad de poner en marcha una ofensiva para promocionar la demanda de vino en el mercado interior, así como para apoyar la política de exportaciones.