Un Gobierno sólo puede hacer genéricos en caso de emergencia nacional

La decisión de Canadá siembra la incertidumbre sobre el entramado de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el sector farmacéutico. Pero Ottawa tendrá, para sortear las barreras legales, que declararse en 'emergencia nacional'.

La OMC tiene entre sus acuerdos el de aspectos relacionados con el derecho de propiedad en el comercio (TRIPS, siglas inglesas), que fija protección a las patentes por 20 años, pero que permite a un gobierno producir sus genéricos o importarlos 'en caso de emergencia nacional, otras circunstancias de extrema urgencia, o uso público no comercial'.

Ante la posibilidad de que Suráfrica -con un 10% de la población seropositiva- declarase el sida 'emergencia nacional', las multinacionales farmacéuticas se querellaron, y sólo la presión de las organizaciones no gubernamentales (ONG) logró que la industria retirase finalmente la denuncia en el Supremo de Pretoria el pasado abril.

La ONU no ha ocultado que considera 'legal' que un país en emergencia sanitaria compre o fabrique genéricos. La postura decidida de Brasil de saltarse las patentes de una empresa extranjera que no fabrique en el país genéricos antisida, la demostrada capacidad de India para producir genéricos y la posibilidad para los países pobres de acogerse a esa estrategia sanitaria suponen actualmente todo un desafío para la OMC, dominada por Estados Unidos y los países más desarrollados (el G-8).

Lo que obliga a replantear el panorama es justamente que Canadá es parte del G-8. Y si las normas de la OMC se pliegan ante la 'emergencia nacional' que puedan declarar Ottawa o Washington, con media docena de casos reconocidos de ántrax, ¿cómo va a frenarse que los países pobres invoquen la 'emergencia nacional' en busca de genéricos contra las cien plagas que sufren cada día sin que en el mundo rico merezca ser noticia?