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El defensor del Gran Israel

Aunque le apodaban Ghandi por su delgadez, Zeevi apoyaba la expulsión de todos los palestinos

Todos le llamaban Ghandi, en referencia al pacifista indio, pero en realidad Rehavam Zeevi, de 75 años, era el símbolo de los sectores más intransigentes y belicosos del sionismo judío. Partidario a ultranza de un Gran Israel, cuyas fronteras debían coincidir con lo expuesto en la Biblia, propugnaba transferir 'voluntariamente' a todos los palestinos a los países árabes vecinos y reconquistar así para el pueblo elegido cada uno de los rincones de Gaza y Cisjordania.

El discurso político de Rehavam Zeevi no tenía fisuras, ni contradicciones. Violentamente hostil a los acuerdos de Oslo de 1993, enemigo declarado de cualquier negociación de paz con los palestinos, había defendido en los últimos meses actuar con dureza contra el presidente Arafat, al que acusaba de ser un 'asesino terrorista' y 'nuestro Bin Laden local'. Pero, aún más: había llegado a sugerir públicamente que Israel debía bombardear la presa de Asuán en Egipto y Teherán para frenar la 'amenaza islámica'.

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Zeevi era sobre todo el gran líder del movimiento colono, especialmente de los sectores más intransigentes, que lo consideraban más que un aliado: el mejor y más fiel amigo. Hace exactamente diez días acudió por última vez a pecho descubierto a visitar los siete asentamientos de Hebrón. Lo hizo sin chaleco antibalas, sin pistolas en el cinto, para apoyar con su gesto a la resistencia de esa comunidad judía. No fue un gesto publicitario; despreciaba a la prensa, especialmente la occidental.

Zeevi fue bautizado con el sobrenombre de Ghandi durante su juventud, a causa de su delgadez, cuando militaba en las filas del Palmah, la unidad de élite de la Haganah, el ejército clandestino que luchó contra la ocupación británica hasta la proclamación del Estado de Israel en 1948. Zeevi mantuvo entonces este mismo apodo; después, cuando fue declarada la independencia, formó parte del Ejército regular de Israel en el que permaneció cerca de tres décadas y en el que alcanzó el grado de general.

La carrera militar de Zeevi estuvo forjada en la lucha contra los palestinos y en un esfuerzo constante por evitar las infiltraciones de los comandos guerrilleros de la OLP a los territorios de Cisjordania. Zeevi empezó una nueva vida en 1974, cuando era ya un hombre maduro, había cumplido los 48 años de edad y decidió abandonar el Ejército. Isaac Rabin, el paladín del proceso de paz, le ayudó a dar el salto al nombrarle asesor especial para los temas de terrorismo, cargo en el que permaneció durante tres años.

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Pero su entronización como dirigente político llegó, sin embargo, mucho después, a los 63 años, cuando consiguió su primer escaño en el Parlamento al frente de su propio partido, Modelet, que había fundado aquel mismo año de 1988 y al que rebautizó como Unión Nacional en las elecciones de 1999.

Tras haber sido ministro sin cartera de 1991 a 1992 durante el Gobierno de Isaac Shamir, se convirtió en responsable de Turismo en la actual legislatura. Desde hacia 13 años era diputado en la Knesset.

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