Israel retira sus tropas de la ciudad autónoma de Ramala

Fuentes de la seguridad palestina han confirmado esta noche que los tanques israelíes han abandonado los sectores reocupados por Israel en la ciudad autónoma de Cisjordania. El ministro israelí de Defensa, Benjamín ben Eliezer, había anunciado unas horas antes que había dado la orden de retirada. Sin embargo, el titular de Defensa había puesto condiciones para el repliegue: que las fuerzas de seguridad palestinas se hagan cargo de esas zonas, previniendo cualquier ataque contra sus tropas, que seguirán estacionadas en la periferia de la capital administrativa.

Así, a pesar del repliegue de tropas, Israel mantiene a su Ejército en la periferia de la ciudad cisjordana asegurando que se reserva el derecho de actuar libremente y lanzar "todas las operaciones necesarias en el marco de la guerra contra el terrorismo y la prevención de atentados", según un comunicado emitido esta madrugada por Defensa.

Tras reunirse con varios mandos del Ejército y con la aprobación del primer ministro, Ariel Sharon, Benjamín Ben Eliezer ha dado orden de que los efectivos ubicados en los barrios de la parte norte de Ramala se preparen para una inminente retirada.

Más tarde se reunió con comandantes de área de las fuerzas de seguridad palestinas, a quienes conminó a mantener la calma en las zonas eventualmente liberadas, como condicionante para poner en práctica el repliegue.

De esta forma solamente quedarían tres ciudades -Tulkarem, Nablús y Jenín- que permanecerían parcialmente ocupadas por el Ejército. La reocupación de estas zonas fue hecha en represalia por el asesinato del ex-ministro de turismo, Rehavam Zeevi, que sufrió un atentado cuya autoría fue reclamada por el Frente Popular para la Liberación de Palestina.

Esta medida de reocupación parcial de enclaves estratégicos dentro de las ciudades autónomas fue definida como "acción preventiva" de nuevos ataques por parte del gobierno israelí y como "castigo colectivo" por parte de la Autoridad Nacional Palestina.

La permanencia de las tropas fue criticada tanto por la Unión Europea como por Estados Unidos. Ambos solicitaron, cada uno a su manera, al Gobierno israelí que se retirara de la zona.