Ibarretxe no logra un acuerdo entre PP y PSOE sobre la paz en Euskadi
El jefe del Ejecutivo vasco no descarta un referéndum para dejar patente cuál es la mayoría social
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, fracasó ayer en su primer intento de atraer a los partidos de la oposición, PP y PSE-EE, a un acuerdo de mínimos en el que, junto a la inequívoca condena de la violencia de ETA, se reconociera la existencia de un conflicto político cuya solución debe alcanzarse a través del diálogo. Una reunión de urgencia celebrada entre todos los partidos, salvo Batasuna, no sirvió para alcanzar el consenso perseguido por el Gobierno de PNV, EA e IU. La oposición insistió en anteponer la 'derrota a ETA' a la apertura de un diálogo con el que los nacionalistas pretenden cambiar el marco político.
El tono de los discursos mantenido a lo largo del intenso debate, que se alargó más de 12 horas, ya hacía prever las dificultades para alcanzar entre todos los partidos ese 'suelo de mínimos' sobre conceptos como la pacificación y normalización política, tan deseado por el lehendakari Ibarretxe con vistas a llegar con un nuevo talante de consenso al siguiente debate, esta vez sobre autogobierno, previsto para el próximo día 25 de octubre.
'Decir que no existe un problema político en la sociedad vasca actual en la que más de 700.000 personas apoyan la existencia de un conflicto que debe resolverse de forma dialogada es increíble y desalentador', se lamentó Ibarretxe tras escuchar a la oposición en el primer turno de réplica del debate. No obstante se intentó más tarde, en una reunión de urgencia, alcanzar un acuerdo in extremis. No fue posible.
El jefe del Ejecutivo vasco advirtió de que, pese a este primer fracaso, seguirá en su empeño por establecer un diálogo político que recoja el espíritu contenido en su programa de gobierno, el mayoritario en las elecciones del pasado 13 de mayo. Y aseguró: 'Vamos a seguir; no aceptaremos una parálisis en este proceso y, si es preciso, bajaremos a la sociedad a chequear cuáles son sus planteamientos sociales', dijo en clara alusión a la posibilidad de recurrir a las consultas populares como procedimiento para demostrar cúal es la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca.
Ibarretxe había planteado ante el pleno parlamentario convocado para debatir sobre pacificación y normalización política su conocida tésis según la cual la violencia que ejerce ETA no puede impedir que los partidos vascos debatan en profundidad sobre la naturaleza del problema político de Euskadi con el Estado. A su juicio, éste sólo se resolverá a través de un diálogo político. Mediante una propuesta de resolución para alcanzar el consenso -no más de 12 líneas- en la que expresaba un inequívoco rechazo a ETA, así como la necesidad de emprender un diálogo destinado a alcanzar una solución que ponga fin al conflicto, Ibarretxe apeló a la 'voluntad política' de populares y socialistas para 'construir un mínimo común denominador' entre los demócratas que permita explorar las posibilidades que contiene el Estatuto de Gernika como 'instrumento de normalización política'.
Ibarretxe aludió al décimo punto de la resolución del Pacto de Ajuria Enea, en el que se menciona la posibilidad de un fin dialogado de la violencia, y a la resolución sobre el derecho de autodeterminación aprobada por el Parlamento de Vitoria en 1991, como precedentes que confirman la existencia de un 'conflicto' político pendiente de resolución. La abstención mayoritaria en el referéndum de la Constitución que se registró en Euskadi fue también mencionada en varias ocasiones del debate como argumento para apoyar la idea de un conflicto sin resolver.
Serias reticencias
Populares y socialistas expusieron durante el pleno sus serias reticencias a la propuesta de diálogo político de Ibarretxe. Pese a reconocer que tenía un tono mucho más contundente y decidido en la condena de ETA y su utilización de la violencia con fines políticos y en la defensa incondicional de las libertades y los derechos humanos tan conculcados, ambos insistieron en la necesidad de anteponer todos los esfuerzos de unidad en conseguir la derrota de ETA. De hecho, los dos partidos felicitaron a la Ertzaintza (policía vasca) por sus resultados en la lucha contra ETA a lo largo del verano, e insistieron en la importancia de utilizar todos los instrumentos del Estado de derecho y la colaboración internacional. La resolución del lehendakari no consiguió el consenso perseguido, pero obtuvo el apoyo mayoritario de los 36 votos procedentes del PNV, EA e IU mientras el PSE-EE se abstenía y PP y EH votaban en contra. Las propuestas de la oposición (PP, PSE y Batasuna) fueron rechazadas.
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