Diez minutos para constatar la imposibilidad del consenso
En apenas diez minutos se volatilizaron las posibilidades de que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, saliera del salón de plenos con algo más que 12 horas de debate. Los portavoces de todos los partidos, menos Batasuna, se reunieron con el Grupo Nacionalistas Vascos a las 19.20, y diez minutos después lo abandonaron dilapidándose la remota posibilidad de acuerdo que existía a la vista del debate que se estaba desarrollando en la Cámara. Los partidos que apoyan al Gobierno -PNV, EA e IU- no aceptaron separar en dos partes la propuesta del lehendakari, a pesar de que el propio Ibarretxe sostuvo en el pleno que pacificación y normalización política requerían tratamientos diferenciados.
La propuesta de Ibarretxe decía: 'Manifestamos nuestro compromiso prioritario con la defensa de los derechos humanos y de las libertades de todas las personas, sin distinción, así como nuestra solidaridad con las víctimas de la violencia y el terrorismo. Reiteramos nuestro rotundo rechazo a todo tipo de violencia y extorsión y nuestra apuesta inequívoca con las vías exclusivamente políticas y democráticas. En consecuencia, y haciéndonos eco del sentir mayoritario de la sociedad vasca, exigimos a ETA el abandono definitivo de la violencia. Asimismo, y diferenciado de la existencia de la violencia, constatamos que existe un problema de naturaleza política que afecta al pueblo vasco y cuya solución debe de abordarse mediante el diálogo, utilizando los instrumentos que la política y la democracia ponen a disposición de los pueblos para resolver sus conflictos'.
Naturaleza política
El portavoz del PP, Leopoldo Barreda, y el del PSE, Rodolfo Ares, abandonaron la reunión al no convencer a los nacionalistas e IU de llegar a un acuerdo sobre la primera parte, y dejar la segunda al margen, o incluso quitar el concepto 'problema de naturaleza política'. No fue posible.
El emplazamiento de Ibarretxe a los partidos durante el debate para que se pronunciaran sobre si en Euskadi existe un problema político de fondo se reflejó en la exigencia del PNV de que ese aspecto figurara en el acuerdo de mínimos que propuso, y esa exigencia fue precisamente la que frustró la reunión.
La hipótesis de conformar un nuevo 'suelo de mínimos', como quería Ibarretxe, ya había hecho agua. Los partidos anunciaron que iban a votar sus propias propuestas, salvo PP y PSE, que dejaron abierta la posibilidad de votarse entre ellos. El portavoz socialista, Rodolfo Ares, pidió a los partidos que no se votaran las resoluciones y dar una nueva oportunidad a un acuerdo de mínimos entre todos los partidos menos Batasuna.
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