Blair advierte a los talibán que se dirigen hacia un 'conflicto militar'

El primer ministro británico, Tony Blair, lanzó ayer uno de sus alegatos más duros contra el régimen talibán, al que advirtió que habrá 'un conflicto militar a menos de que los talibán cambien y respondan al ultimátum'. Blair, que no sólo exige la entrega de Bin Laden, sino también el cierre de todos sus campos de entrenamiento y la entrega de sus correligionarios, se suma así a la idea americana de forzar la caída de los talibán que gobiernan Afganistán.

Hablando en los jardines de su residencia de Downing Street, Tony Blair se mostró excepcionalmente duro con el régimen afgano y fue mucho más allá de la cuestión de Bin Laden. 'El asunto no es tan simple como entregar a Bin Laden, es cuestión de asegurar que todos los responsables del terrorismo sean entregados; sus campos, cerrados, y el cierre, verificado', dijo Blair. Y añadió: 'Los talibán saben exactamente qué tienen que hacer, y lo tienen que hacer rápido'. De lo contrario, se convertirán 'en enemigos de Gran Bretaña'.

Tony Blair quiso dejar claro que es el régimen talibán y no el pueblo afgano el objetivo de la operación militar en ciernes, y subrayó la importancia de que la ayuda humanitaria llegue a la región para atender las necesidades de los refugiados.

'Podemos hacer un daño considerable a los talibán', advirtió, 'y les puedo asegurar que no ahorraremos esfuerzos para conseguirlo', dijo, sin entrar en detalles acerca de la participación británica.

El Reino Unido cuenta con más de 20.000 soldados en Omán, adonde llegaron para participar en unas maniobras previstas desde 1998. Pero se cree que su principal aportación en el dispositivo militar serán las fuerzas especiales y de reconocimiento y los aviones de combate.

Sesión del Parlamento

El primer ministro volverá a convocar al Parlamento en sesión extraordinaria para debatir la crisis, aunque aún no ha decidido cuándo. Será a principios de la semana que viene o a finales de ésta, según cómo se desarrollen los acontecimientos, si bien Downing Street considera que ya tiene el permiso político de los Comunes para intervenir en el conflicto cuando lo considere adecuado.

El Gobierno, que ha advertido a la población de que el país va a sufrir bajas en el frente pero probablemente también represalias en la retaguardia, intenta ahora reducir la psicosis de guerra química entre la población. Blair subrayó ayer que actualmente 'no hay ninguna prueba' de que los terroristas puedan estar planeando un ataque en el Reino Unido con armas nucleares, biológicas o químicas.