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Blair: 'Nuestro objetivo será el armamento pesado y las tropas, no los civiles'

El primer ministro británico defiende una lucha 'por la libertad, la democracia y la justicia'

Tony Blair abrazó la política en estado puro y convirtió la persecución de Bin Laden en 'una lucha por la libertad, la democracia y la justicia en el mundo'. En un discurso vibrante y solemne advirtió de que el mundo no se enfrenta al dilema de castigar o no una agresión a Estados Unidos, sino a actuar como una comunidad para acabar con una amenaza global en un planeta inevitablemente interdependiente. Hizo un sentimental canto a América, al tiempo que urgió soluciones para conflictos como Oriente Próximo o las guerras que socavan el futuro de África.

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'El objetivo será eliminar su armamento pesado, interrumpir sus fuentes de abastecimiento, cortar sus finanzas y atacar sus tropas, no los civiles', declaró Blair. 'Vamos a cercar su régimen'. En su discurso anual ante las bases y dirigentes del Partido Laborista en Brighton, Tony Blair admitió que los británicos viven con ansiedad y temor estos días de crisis. 'Hay peligros', aceptó, 'pero la gente ha de tener confianza'. 'Esta batalla sólo tiene un resultado: nuestra victoria, no la de ellos. Lo que ocurrió el 11 de septiembre no tiene paralelo en la sangrienta historia del terrorismo'. Aseguró que 'no hay ninguna duda' de que Bin Laden está en el origen de los atentados, y lanzó un nuevo ultimátum a los talibán: 'O entregáis a los terroristas o entregáis el poder'.

El discurso de Blair trató de explicar al mundo que el objetivo no es hacer justicia tras un acto terrorista particularmente salvaje, que la reacción militar no trata de limpiar el orgullo estadounidense, que el mundo ha cambiado y que si la democracia no libra esta batalla acabará perdiendo la guerra. El planeta debe actuar como una comunidad porque los problemas de uno afectan a todos, vino a decir. 'Los necesitados, los miserables, los desposeídos, todos aquellos que viven en la necesidad y la escualidez desde los desiertos del norte de África hasta las barriadas de Gaza y las extensas montañas de Afganistán: ellos también forman parte de nuestra causa', clamó.

Aseguró que no hay una sobre reacción, que la intervención militar será 'proporcionada, con objetivos concretos: haremos todo lo humanamente posible para evitar bajas civiles'. También subrayó que no hay negociación posible y que no es el Islam el enemigo. Explicó con pasión que no se trata de defender a América, que también se intervino para acabar con la limpieza étnica de Milosevic, con las matanzas de Ruanda, contra los gángsteres de Sierra Leona.

Y llenó su discurso de buenas intenciones, de retos pendientes. 'El estado de África es una cicatriz en la conciencia del mundo', reconoció. 'El Estado de Israel debe ser reconocido por todos; libre de terror (...). Se ha de hacer justicia a los palestinos, darles la oportunidad de prosperar en su propia tierra, como socios iguales de Israel en el futuro', admitió, acercándose a una de las génesis del terrorismo árabe. Tuvo también referencias al gran problema británico, la precaria paz en Irlanda del Norte, donde los lealistas 'ensucian el nombre del Reino Unido', y urgió a los republicanos a abandonar las armas porque no basta con respetar el alto el fuego.

Se mostró comprensivo con los que protestan por las injusticias de la aldea global, pero les avisó de que ése es un proceso irreversible que no afecta sólo a las finanzas, sino a todo. 'La solución no es acabar con la globalización. La única salida es usar el poder de la comunidad para combinar globalización y justicia, porque la alternativa es el aislamiento'. Hay que actuar como una comunidad, insistió varias veces. En esa línea, defendió la integración del Reino Unido en Europa para liderarla: 'Europa no es una amenaza para Gran Bretaña, es una oportunidad'.

Canto a Estados Unidos

Blair lanzó un emocionado canto a América. 'Creo en la Unión de América nacida de la derrota de la esclavitud; creo en su Constitución, con sus inalienables derechos para cada ciudadano, que es un modelo para el mundo. (...) Creo en un hombre negro, nacido en la pobreza, que fue jefe de sus Fuerzas Armadas y ahora es el secretario de Estado, Colin Powell, y, francamente, me maravilla que haya ocurrido una cosa así. Sí, América tiene sus defectos, pero es un país libre, una democracia, y es nuestro aliado, y algunas reacciones del 11 de septiembre delatan un odio a América que son una vergüenza para quienes las tuvieron', dijo. 'Creo que ésta es una lucha por la libertad. Y quiero que sea una lucha por la justicia también. Justicia no sólo para castigar a los culpables, sino justicia para llevar esos valores de democracia y libertad a las gentes de todo el mundo', proclamó Blair. Una lucha que sólo se puede hacer 'actuando en común'. 'Por toda la gente que perdió su vida y por quienes les lloran, es el momento de levantar el edificio de esa comunidad. Permitid que ése sea su memorial'.

Tony Blair, durante su intervención en la reunión del Partido Laborista británico, en Brighton.
Tony Blair, durante su intervención en la reunión del Partido Laborista británico, en Brighton.REUTERS

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