Los fabricantes de máscaras antigás en España, desbordados por las consultas recibidas
Fabricantes y distribuidores de máscaras de gas en España reconocen que se han multiplicado las consultas sobre sus productos estos días, como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre y de las especulaciones sobre el uso de armas químicas o bacteriológicas con fines terroristas. 'Es cierto que estamos recibiendo muchas consultas, sobre todo por parte de particulares o a través del correo electrónico', dice Juan Carlos Delgado, de la multinacional 3M. 'También he podido detectar una situación similar por parte de mis colegas europeos'.
En la sede de la empresa MPL, SA, ubicada en Cataluña, también se han multiplicado las llamadas en las últimas horas. 'Un número mayor de consultas sí que se ha producido', dice su gerente, Javier Nicolau, 'pero todavía es muy pronto para hablar de incremento de ventas. Es más, las máscaras que se fabrican en España lo son para uso industrial y no estamos muy seguros de la eficacia que tendrían para según qué agentes químicos. Todo depende de los filtros'. Nicolau vivió una situación similar durante la guerra del Golfo, en agosto de 1990. 'Por aquel entonces sí que hubo llamadas sobre todo de intermediarios de lugares tan dispares como Nueva Zelanda, Singapur o Suiza'. Nicolau advierte de que sería muy difícil abastacer una demanda imprevista, 'porque casi todas las empresas fabricantes que hay en España funcionan sin stock y es muy difícil incrementar la producción en tan pocas fechas. La guerra del Golfo sólo le produjo una venta extraordinaria de 500 máscaras antigás.
No hay máscaras de niños
Las máscaras que pueden adquirirse en el mercado tienen unos precios que van desde las 12.000 a las 50.000 pesetas, según el grado de protección que ofrezcan y la calidad de sus filtros. No es posible, sin embargo, adquirir en el mercado las que utiliza el Ejército español, que debe reunir una serie de homologaciones impuestas por la OTAN. Estas máscaras utilizan unos filtros muy caros y están diseñados para conflictos con uso de armas nucleares o bacteriológicas.
Como el mercado español distribuye máscaras para uso industrial o agrícola, 'no hay máscaras para niños o para menores de 14 años, que generalmente se producen en países del Este, como es el caso de Checoslovaquia, o en China', añade Nicolau.
Felipe Blanco, de ASEPAL, que es la asociación de fabricantes, también reconoce este repentino interés, 'aunque no podemos ofrecer cifras al respecto porque se trata de una reacción muy reciente'. No hay cifras exactas sobre la fabricación de máscaras en España, aunque algunas fuentes estiman que la cifra puede aproximarse a las 50.000 unidades, buena parte de las cuales de destinan a la exportación.
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