Un drama familiar estadounidense abre el Festival de San Sebastián
La directora Rose Troche exhibe 'La seguridad de los objetos'
El gigantesco cartel de Alí, la película en la que el actor Will Smith encarnará a un mito de los años sesenta, el campeón de los pesos pesados Muhammad Alí, mira cara a cara al Auditorio del Kursaal. Es una de las películas más esperadas de la temporada cinematográfica y durante los próximos 10 días su anuncio no pasará desapercibido para los casi 1.400 periodistas acreditados en el 49º Festival de Cine de San Sebastián. La sección oficial del certamen comenzaba ayer con la proyección de La seguridad de los objetos, un filme de la neoyorquina de origen puertorriqueño Rose Troche, que retrata las vidas cruzadas de cuatro familias de un suburbio de la clase media de Estados Unidos.
Rose Troche fue la protagonista de la gala inaugural de un festival que este año ha elegido como símbolo la imagen de John Wayne en la escena final de Centauros del desierto. La sombra del vaquero que se aleja en solitario aparece repetida en carteles, bolsas y libros. Fue una ceremonia muy sobria, con un decorado de maderas claras que se abrían y cerraban hasta formar una sola construcción. La actriz Leonor Watling y Edurne Ormazábal presentaron el primer gran día de la muestra en una gala producida, retransmitida por Canal +. La ministra de Cultura, Pilar del Castillo, asistió a la sesión inaugural. En la calle, un centenar de familiares de presos de ETA pedían el reagrupamiento de los encarcelados.
Claude Chabrol es el presidente de un jurado en el que participan el escritor chileno Jorge Edwards, el director Giuseppe Bertoluci (hermano de Bernardo Bertolucci), la diseñadora de vestuario Ivonne Blake, la actriz Florinda Bolkan, el cineasta español Eloy de la Iglesia y la crítica y ensayista británica Sandra Hebron.
Para apoyar la proyección de la película que abre la sección oficial, se esperaba la presencia de una de sus protagonistas, Glenn Close, pero tan sólo ha viajado a San Sebastián su directora. Rose Troche, de 38 años, se dio a conocer en 1993 en el Festival de Berlín con su primera película, Go fish, una historia que ella misma calificó 'de lesbianas, sobre lesbianas y para lesbianas'. La seguridad de los objetos, basada en los relatos de A. M. Homes, es su tercera película.
Rose Troche se enfrentó en solitario a la primera conferencia de prensa del festival. La directora, con las maletas perdidas pero con buen humor, defendió una historia que rodó durante 35 días en Toronto ('allí todo es la mitad de barato que en Nueva York') y que retrata 'sin cinismo' la vida de varias familias vecinas traumatizadas por un mismo accidente.
'Ésta es una película sobre la pérdida, no sobre el pasado', dijo la directora y guionista del filme. 'Mi película no mira a la gente de los suburbios como si fueran bichos raros. No es cínica', añadió para responder a una pregunta que relacionaba su filme con Magnolia y American beauty. 'Mi película', continuó, 'habla de las cosas que nos pueden pasar cuando nos desorientamos, son historias complejas que pueden suceder en una ciudad o en un suburbio. Hay cierta terminología, como la que hace referencia a las familias disfuncionales, que no responden a lo que yo quiero contar. Yo quería hablar de la redención, del dolor y de la desorientación'.
'A Glenn Close, como al resto del equipo, le hubiera encantado venir, pero tienen miedo', añadió Troche al contestar a una pregunta sobre la ausencia de los actores principales del filme en el festival. 'Todos tienen hijos y ahora temen volar, no quieren riesgos'. Para Troche, el ataque a las Torres Gemelas del Worl Trade Center de Nueva York ha metido el miedo en el cuerpo a una sociedad que ya no será la misma. 'La cara del arte y de la sociedad de Estados Unidos será otra a partir de ahora. Vivo en Nueva York y el ruido de un helicóptero o de un avión ya no será nunca el mismo. Sabíamos que no caíamos muy bien, hemos visto muchas veces imágenes de la bandera americana ardiendo, pero ahora hemos sentido el odio en nuestra carne. Nuestra percepción de la realidad ya nunca será la misma'.
Glenn Close fue la gran ausencia de ayer pero la confirmación de que Warren Beatty tampoco viajará a San Sebastián para recoger el Premio Donostia fue el jarro de agua fría definitivo. El actor confirmaba ayer al festival su decisión. Tras el despliege de 100 aviones de combate en el golfo Pérsico, su miedo no es viajar a España, sino no poder volver a Estados Unidos. El festival difundió ayer un comunicado en el que se asegura que se comprenden 'las razones' que han llevado al actor, director y productor norteamericano a tomar la decisión. Tanto el Premio Donostia a Warren Beatty como el de Julie Andrews quedan así, según informó el festival, aparcados para el año próximo y tan sólo se mantiene el que iba a recibir el actor Paco Rabal.
Babelia
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