La UE rebajará sus previsiones por la incertidumbre
El impacto en la economía de la Unión Europea del ataque terrorista que mantiene paralizado desde el martes el corazón financiero de EE UU empieza a preocupar cada vez más en Bruselas, pese a los reiterados mensajes de calma. El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, declaró ayer que el efecto de la desaceleración estadounidense será 'más negativo a corto plazo' de lo inicialmente previsto, pero que ahora habrá que revisar además las previsiones de la UE por las consecuencias de lo sucedido en EE UU.
Solbes asegura que la UE está preparada para hacer frente a los problemas eventuales que se puedan ir presentando y que no hay que hablar de recesión. 'Nuestras previsiones económicas deberán ser revisadas a raíz del ataque terrorista', afirmó el comisario Pedro Solbes en una conferencia sobre el euro y la ampliación, en la que destacó la protección que da la moneda única frente a las 'consecuencias devastadoras' de una ralentización. Pero la situación ha cambiado después de los eventos del martes. Y hasta tal punto está creciendo la preocupación conforme pasan los días y mientras se espera a la reapertura de Wall Street, que Pedro Solbes recalcó que es 'más pesimista con respecto a los resultados para 2001' que hace una semana. Además, los datos de crecimiento publicados el jueves por Eurostat confirman el enfriamiento que está sufriendo la economía europea. 'No podemos estar contentos', lamentó. La nueva situación ha disminuido las posibilidades de una reactivación de la economía norteamericana, como indicó el comisario. La cifra de crecimiento para este año ya se adelanta que será inferior al 2% y no podrá alcanzar su potencial de crecimiento (2,5% del PIB). La Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) reconocen que desde el principio se cometió el error de haber minusvalorado el impacto de la desaceleración estadounidense en la UE. La receta para soportar los choques externos que pueda provocar la nueva situación es mantener la actual política de coordinación y el cumplimiento de los objetivos del Pacto de Estabilidad.
Otros datos difundidos ayer por los responsables de Bruselas indican que las cuentas públicas de las economías que integran la zona euro registraron durante el año 2000 un superávit equivalente al 0,3% del PIB, frente a un déficit del 1,3% en 1999.
Los ingresos por la venta de las licencias de telefonía de tercera generación (UMTS) tuvieron un impacto decisivo en esta mejora tan considerable, según los expertos de la oficina europea de estadística (Eurostat). Hasta tal punto que, si se excluye este dato del cálculo general, se hubiera registrado un déficit presupuestario del 0,8% en la zona euro y del 0,1% en la Unión Europea.
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